Uno de los objetivos básicos que las autoridades gubernamentales siempre deben procurar en el ámbito económico, es el establecimiento de relaciones armoniosas entre el sector público y el sector privado con el fin de crear un contexto que facilite el aumento de la producción y el incremento sostenido del poder adquisitivo de los ciudadanos, siendo esencial en el caso venezolano el logro de dicho objetivo, si consideramos que el sector privado genera el 80% de los puestos de trabajo y más del 90% de los ingresos en divisas lo obtiene el sector público de las exportaciones petroleras.
Ahora bien, en completa oposición a esta premisa los anuncios realizados por la Administración del Régimen el pasado Viernes 17 de Agosto se encuentran orientados a generar condiciones que dificultan el mantenimiento en el sector formal de las empresas, así como a extraer recursos del sector privado, el cual a duras penas ha podido seguir operando en el país, tomando en cuenta que la economía venezolana entra en el quinto año consecutivo de caída de la producción, creando así un entorno que propicia la concentración del poder económico del país en pocas manos y en consecuencia alejando la posibilidad para los venezolanos del pleno ejercicio de los Derechos Humanos en su suelo natal.
En primer lugar, cabe destacar que el salario mínimo mensual de treinta dólares propuesto para los trabajadores les proporciona una remuneración de un dólar diario, ingreso que de acuerdo a los parámetros establecidos por los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la Organización de Naciones Unidas ubica a quienes lo perciben en situación de pobreza extrema.
Por otra parte, la adopción de estas medidas traerá como consecuencia el deterioro de las condiciones laborales al establecer normas que llevarán a un considerable número de empresas a operar informalmente y/o a cesar operaciones, con la consecuente disminución de la producción lo que lamentablemente se traducirá en un factor que contribuirá a incrementar la tasa de inflación, variable macroeconómica que está registrando un alza sin precedentes.
De igual forma, es menester señalar que el reiterado desconocimiento por parte de varios órganos del Poder Público de las competencias de la Asamblea Nacional, así como el retraso en el pago puntual de las obligaciones externas ha traído como consecuencia el deterioro de las relaciones con la comunidad financiera internacional lo que aunado a la considerable declinación de la producción petrolera ha causado una disminución sensible de la cantidad de divisas a disposición del país, lo que ha llevado a las autoridades del Régimen a plantear una devaluación de considerable magnitud; deterioro del poder adquisitivo de la moneda nacional, que no tiene fin previsible en virtud de la falta de acceso del país a las divisas necesarias para poder estabilizar el mercado cambiario, lo que a su vez se traducirá en la continuación del descenso de la posibilidad para los trabajadores de acceder a bienes y servicios esenciales para la vida y de colocar exitosamente en el mercado local para los empresarios sus bienes y servicios, quienes además ven muy limitadas las posibilidades de dirigir su producción al mercado externo, en virtud de que la continuidad de sus operaciones se ve impactada negativamente por factores tales, como la evidente desmejora de las unidades de transporte y la carencia del suministro continuo de electricidad.
En otras palabras, las medidas propuestas además de dejar a los trabajadores con un ingreso inicial en situación de pobreza extrema de acuerdo al criterio establecido por la Organización de Naciones Unidas para la formulación de los objetivos de desarrollo sostenible, crean un contexto en el cual dicho ingreso tiende a deteriorarse por la previsible imposibilidad de un considerable número de empresas para poder operar bajo estas condiciones, es decir, las medidas planteadas por esta nefasta administración en el contexto vigente lesionan a los trabajadores y empresarios dedicados a la noble y útil tarea de generar bienes y servicios en un marco adverso.
Ante este panorama, Gente Emergente quiere ratificar hoy su inquebrantable compromiso de seguir acompañando a la ciudadanía en esta nueva jornada llena de peligros, manteniendo la esperanza que al final de la misma podamos lograr la construcción compartida de soluciones caracterizadas por reflejar lo mejor del espíritu venezolano para vivir en una sociedad con oportunidades para todos y responsabilidad de todos, en la cual la fertilidad de la bondad prevalezca sobre la aridez de la mezquindad.
Caracas, 20 de Agosto 2018
Nota de Prensa