El Papa Francisco se reunió el sábado durante 90 minutos con ocho sobrevivientes de abuso clerical, religioso e institucional en la primera visita de un pontífice a Irlanda desde 1979, dijo un portavoz del Vaticano.
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Marie Collins y Paul Redmond, dos importantes líderes activistas contra el abuso eclesiástico, participaron del encuentro. Algunas víctimas de abusos querían que el Papa se reuniera con activistas como ellos, porque consideraban que lo desafiarían respecto del rol del Vaticano en estos escándalos.
Redmond, quien nació en uno de los “Hogares para Madres y Bebés” administrados por la Iglesia en Irlanda y fue adoptado a los 17 años, dijo en un comunicado que el encuentro fue cordial y amable, y que el religioso argentino se disculpó por lo sucedido en esos centros comunitarios.
El hecho de que las autoridades eclesiásticas no aborden adecuadamente los “repugnantes” delitos clericales de abuso de menores en Irlanda sigue siendo una fuente de vergüenza para la comunidad católica, había dicho previamente Francisco el sábado.
“No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por el abuso de jóvenes por miembros de la Iglesia a los que se adjudica la responsabilidad de su protección y educación”, dijo el Papa en un discurso durante una recepción estatal.
“El fracaso de las autoridades eclesiásticas -obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros- para abordar adecuadamente estos delitos repugnantes ha causado indignación y sigue siendo una fuente de dolor y vergüenza para la comunidad católica”, agregó Francisco.