Se puede pensar que el hecho de ser adversario de alguien, de algún planteamiento político, de algún líder, de analistas. Es automáticamente una razón para no estar de acuerdo en nada de lo que esta entidad dice o hace. La coherencia y la madurez indican que se puede criticar, analizar y al mismo tiempo aceptar ciertas posiciones del adversario y eso es lo sensato cuando de seres humanos y librepensadores hablamos. Pero cuando se trata de quienes usurpan el poder en Venezuela, los tiranos, opresores, degenerados, desalmados, a los cuales no se les avista ni un ápice de altruismo, compasión ni mínimos indicios de vocación de servicio, estamos claros que cualquier opinión, decisión o propuesta vendrá cargada de mala intención y resultados que sólo los beneficiarán a ellos y se ha demostrado durante casi 20 años que no ha habido una sola solución que haya beneficiado y elevado la calidad de vida de los venezolanos. Todo está hecho con el propósito de enriquecerse. Ver dónde hay y robar. Todas sus propuestas están encaminadas a cercenar derechos, a conculcar libertades. Esa es su forma de gobernar; Por tanto es nuestro deber enfrentar, criticar, denunciar, reclamar hasta la saciedad, hasta verlos salir como lo que son : Vulgares “malandros”.
Lo he dicho muchas veces, la confusión es su línea transversal de estrategia; La maraña que se crea con la confusión es el caldo de cultivo que ellos mejor aprovechan para qué se diluya la inconformidad y el descontento de la gente.
De nuevo vemos cómo “sin ton ni son”, nos vuelven a asaltar directamente y sin anestesia, a pesar de que tienen meses con un “vacilón” sobre el tema de los billetes, el efectivo y toda esa nueva forma de torturar el diario vivir del pueblo. Hicieron varios intentos de incorporar un nuevo cono monetario pero se encontraron con que la inflación los arropó y mantuvieron a la gente engañada. Lo cierto es que hicieron montones de dinero inorgánico para paliar la situación mientras preparaban la verdadera jugada: La “reconversión malandra”, la cual ha servido para desaparecer no sólo cinco ceros sino muchos guisos, cambios bruscos de precios sin que la gente lo perciba directamente.
Como ejemplo vemos que de un solo golpe aumentaron a más del doble el transporte. Pagar un bolívar soberano (equivalente a 100.000 bolívares) por el transporte cuando hasta la semana pasada costaba entre 30 000 y 50.000 bolívares, le da la sensación a las personas de que es menos pero realmente es un asalto al bolsillo ya paupérrimo del venezolano.
Revisando la historia de los acontecimientos económicos de los últimos 35 años de mi país, podemos ver las distintas medidas económicas. En febrero del año 1983 en el gobierno de Luis Herrera, se devaluó el Bolívar de 4,30 a 7, 50 y seis años más tarde en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, se hizo otra devaluación de 142, 85 %. Esas medidas se tomaron en común acuerdo con el Fondo Monetario internacional ( F.M.I ), para la posibilidad de acceso a los créditos internacionales.
Ahora 35 años después, se vuelven a tomar otras medidas económicas pero es importante destacar que de esos 35 años transcurridos, 20 años ininterrumpidos han sido de la revolución socialista del siglo XXI. También hay que resaltar que en los 20 años de la “revolución comunista”, recibieron los ingresos más altos de toda la historia Republicana de Venezuela, o sea, más de un “trillón” de dólares. Tuvieron la oportunidad de toda la historia para convertir a Venezuela uno de los países más desarrollados del mundo y el primero de Latino América. La “pava”, o la peste más grande que le ha podido caer a Venezuela fue el chavismo. Millones de venezolanos creímos en un discurso de rescate, transformaciones y de mayor democracia. Fue todo lo contrario. Hugo Chávez Frías, fue el mayor traidor de la humanidad, al traicionar a su patria y entregarle la riqueza a un grupo de “narcoterroristas” liderados por Fidel Castro, llevando a Venezuela al holocausto que hoy tenemos. Simplemente se dedicaron a entregarnos, a ser una vulgar provincia de una “islita” arruinada dirigida por Raúl Castro.
El paquete económico anunciado por el “sigüi” de Raúl Castro (Nicolás), el pasado viernes 17 de agosto, denominado por destacados economistas, como el viernes rojo, lo que hace es profundizar aún más la destrucción de la economía venezolana. Tenemos la única “hiperinflación” del planeta. Un déficit fiscal producto de la demagogia y el populismo. La persecución contra los pocos empresarios que quedan es atroz. La devaluación del bolívar fue de 2.311 %, nada en comparación de lo que sucedió en la llamada 4ta República. Los sueldos de 3 millones de bolívares y ahora pasan a 180 millones de bolívares, un “pequeño” aumento de 5900 % de aumento, jamás visto en la historia de la economía de algún país del planeta. Prometen que subsidiarán por tres meses las nóminas de las pequeñas y medianas empresas, ¿Quién cree eso? Sí no pueden ni siquiera llevar las cuentas de sus propias instituciones y después de eso ¿Cómo se mantendrían? ¿Cómo se salvarían las pocas grandes empresas que quedan? Los controles, las amenazas, el chantaje, las expropiaciones, ahora después de esos catastróficos anuncios, por donde lo veamos es un rotundo fracaso.
Según la firma Ecoanalítica, la brecha entre ingresos y gastos es de 16.000 millones de dólares. Todas las medidas anunciadas por el gobierno por el lado de los ingresos generarán, en el mejor de los casos, 10.200 millones de dólares. Pero al mismo tiempo, los nuevos gastos generarán erogaciones por un monto de 2.120 millones de dólares.
Es decir el saldo neto será de 8.000 millones de dólares, o sea, la mitad de la brecha fiscal.
Un “superdato” a mis lectores, es que el 17 de agosto el aumento salarial fue de 30 $ mensuales (1 $ diario). Eso oficialmente nos coloca en el “inframundo” y en apenas una semana transcurridos, la inflación se lo comió, o sea, ya es de 15 dólares. A los ingenuos e ignorantes les creó una falsa sensación de prosperidad.
El Plan de la Patria 2013-2019, “un país potencia en lo social, económico y político”, condujo al colapso económico de Venezuela. En cinco años, el producto interno bruto caerá 50%, según el Fondo Monetario Internacional. Los 20 años del comunismo chavista arrasaron y destruyeron la economía Venezolana.
No se necesita ser brujo o vidente, el pronunciamiento de Nicolás de pedir 2 años más para la recuperación económica, es simplemente el tiempo necesario para apropiarse de todas las empresas restantes que van a quebrar debido a estas nuevas medidas y así terminar de tener el control social de todos los venezolanos y estatizar lo que queda de la economía. La imposición del carnet de la patria para la adquisición de las cajas CLAP, al subsidio de la gasolina, las pensiones, al bono de la reconversión económica, es parte de sus objetivos comunistas.
Soy de los venezolanos que cree que está es la última etapa de la “narcodictadura”. Las protestas cada día se profundizarán, el estado de los servicios públicos electricidad, agua, transporte, vialidad, hospitales, etcétera, es ya imposible rescatarlos y aparte, la escasez de comida y de medicinas serán peores.
Los Venezolanos tenemos que apoyar cualquier salida y no olvidemos que tenemos el apoyo de la comunidad internacional, que se evidenció nuevamente con lo del (RATICIDIO O TIRANICIDIO), que ningún país democrático se solidarizó con el capo Nicolás y su banda de “narcocorrupta”, a quienes ya les queda poco dinero y muchas deudas por pagar para mantener su farsa populista.
Cuando el pueblo se percate de que estas medidas solo fueron un engaño más, ya que no habrá quien pague esos salarios y que las penurias no solo continúan sino que crecerán, les llegará la hora.
Sumemos voluntades, difundamos a todos la verdad de este nuevo mamotreto con fines destructores de nuestra vida republicana. Les garantizo mi apoyo y fuerza para emprender cualquier salida para deshacernos del yugo comunista, desde la cárcel del exilio con lo único que me queda MI PLUMA Y MI PALABRA.
José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño
Ex-alcalde, Constituyentista, ex-diputado AN, y ex-gobernador del Estado Monagas. Luchador incansable por el rescate de la democracia en mi patria VENEZUELA.
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