Marcos José Gil Parra, de 52 años, falleció por falta de alimentos y medicinas en el centro de la Misión Negra Hipólita ubicado en San Bernardino, en Caracas, reseñó La Verdad
Parra, sufría de trastornos psiquiátricos, y fue visitado este jueves por su hermana, quien fue desde Maturín. El hombre tenía ya dos años recluido en ese centro, a donde fue trasladado desde la sede que estaba en el sector de la Cota 905, que actualmente está cerrada, informó el diario El Carabobeño en su página web.
El hombre solía pernoctar en la calle debido a su esquizofrenia y sus familiares siempre estaban buscando opciones para mantenerlo tranquilo.
“La falta de medicinas, comida y personal especializado, ha convertido el centro Negra Hipólita en un depósito de hombres y mujeres enfermos, extremadamente flacos, que mueren irremediablemente sin recibir atención”, escribió El Carabobeño.
La última vez que la familia lo visitó, Gil Parra estaba muy delgado y débil, con la piel tostada por el sol. En el centro, aseguró el diario, dejan a los pacientes permanecer mucho tiempo expuestos a los rayos solares.
Su hermana aseguró que tenía la piel tan dañada que se le “levantaba por capas achicharradas”. También tenía una lesión en una pierna que, por no haber sido tratada a tiempo, se le infectó y le cayeron gusanos. Como no había medicinas, un sobrino llevó esencia de anís para limpiarle la herida.
El pasado sábado lo visitaron y estaba muy mal. Lo llevaron al hospital Vargas y luego al Algodonal, en Antímano, pero no lo recibieron. De vuelta al centro Negra Hipólita, Gil Parra murió.
La autopsia reveló que la muerte se debió a “desnutrición proteico-calórica y falla multiorgánica”, señaló el periódico.