Leticia Núñez (ALN).- Desde el sábado, los venezolanos que quieran entrar a Perú deberán tener pasaporte. Ecuador también exige la presentación de este documento a quienes huyen del hambre y la falta de esperanza provocados por el régimen de Nicolás Maduro. En medio de todo está Colombia, que ha recibido a más de un millón de venezolanos en los últimos 16 meses y ha regularizado temporalmente a 820.000. Bogotá denuncia la medida tomada por sus vecinos, alegando que ello favorece las migraciones clandestinas. Esta semana los tres países discutirán sobre el éxodo venezolano.
Por: Leticia Núñez – AlNavio
Al menos 7% de la población venezolana está fuera de su país. Según Naciones Unidas, 2,3 millones de venezolanos han huido del hambre, la inseguridad personal y la falta de esperanza provocados por el régimen de Nicolás Maduro. Escapan de una nación destruida. Los países de América Latina, especialmente Colombia, Perú y Chile, los han ido acogiendo. Sin embargo, el ritmo vertiginoso que ha adquirido el éxodo venezolano en las últimas semanas ha llevado a muchos países a imponer restricciones.
Lo han hecho Perú y Ecuador, algo que complica, que añade más presión a Colombia, el principal país receptor de la migración venezolana. En los últimos 16 meses, Colombia ha recibido a más de un millón de venezolanos y ha regularizado temporalmente a 820.000. Desde hace meses, Bogotá advirtió que esta era una crisis regional, que requería una respuesta de todos los países de América Latina y que nadie se podía desentender.
Pero las fronteras abiertas y las facilidades para conseguir la residencia legal que hubo al principio están empezando a disminuir. Ahí está el caso de Perú. Desde el sábado los venezolanos necesitan mostrar el pasaporte para entrar en el país. Antes de esa medida, los ciudadanos que huían de la crisis venezolana sólo debían presentar la cédula de identidad para ingresar en Perú. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 354.000 venezolanos entraron en Perú hasta julio, lo que representa un aumento de 15.000% en tres años.
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