Cerca de un centenar de trabajadores protestaban desde primera hora del lunes frente a la planta de la fabricante de neumáticos Pirelli en Venezuela, sorprendidos al encontrar sus puertas cerradas con candado, informó un líder sindical.
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El cierre se produjo sin aviso a los empleados, informó Luis Álvarez, secretario general del sindicato de esa instalación, la única que tiene la compañía en el país petrolero. Los trabajadores desconocen si se trata de una paralización temporal o definitiva de la planta.
Pirelli no respondió de inmediato a una solicitud de información.
Esta situación se produce pocos días después que el presidente Nicolás Maduro ordenó aumentar 60 veces el salario mínimo, una medida que representa una enorme carga para las empresas que operan con dificultades en medio de una severa crisis económica.
Aún en medio de este ajuste y otras alzas de impuestos, el Gobierno ha prohibido a las empresas subir sus precios y Maduro pidió apoyo de sus seguidores para fiscalizar que la medida se cumpla con el objetivo de enfrentar la hiperinflación.
Otras compañías multinacionales como Clorox o Kellogg han optado por salir del país de manera sorpresiva debido a la recesión económica, que lleva ya cinco años, y las férreas regulaciones de cambio y precios. El Gobierno suele ocupar las plantas cuando ocurren situaciones que considera ilegales.
En años anteriores, la filial venezolana de Pirelli ha detenido temporalmente operaciones por falta de materia prima, que no logra importar en medio de las restricciones del Gobierno en la venta de divisas oficiales.
Pirelli, proveedor de neumáticos para la Fórmula Uno, fue adquirida en 2015 por la empresa China National Chemical Corp (ChemChina) y en Venezuela fabrica cauchos para automóviles, motos, camiones y autobuses.
