Hemos venido a la comunidad de Los Cocos a conversar con los ciudadanos sobre la situación que viven ellos. Al llegar, una de las señoras que se encontraba en la zona, de forma desesperada y atemorizada nos pidió que tuviéramos cuidado con nuestras pertenencias puesto que en la zona existe un alto índice de delincuencia. Es inconcebible que ni las mismas personas que hacen vida en esa comunidad puedan vivir en armonía. El socialismo ha desatado la miseria que se transforma en hampa desatada y esto sucede y se repite en todo el país.
Nota de Prensa
La señora Arelis, quien vive junto a su esposo, su cuñado y sus hijos en una vivienda rural, de techo de zinc y paredes de cartón de cajas Claps. Me invitó a pasar y me comentaba que su alimentación está basada en solo sardinas que su esposo y sus hijos pescan en el muelle, es decir, en tiempos donde no hay temporada se las ven un poco más difícil. Arelis me comentó que han llegado a comer hasta bagres, sabe que eso no es alimenticio pero es lo único que su esposo en ocasiones consigue.
El malecón, donde se esperaba la llegada de los pescadores de la zona, era una imagen lúgubre, personas que tenían más de un día y medio sin comer esperaban poder comprar con suerte algunas sardinas.
Nosotros, fuimos a llevar el mensaje de que esta realidad es muy dura y que este no es el país que queremos; queremos un país rico de verdad, con puertos llenos de barcos pesqueros y pescadores con negocios abiertos, con personas comprando cuántos pescados quisieran al precio que fuese porque nuestro poder adquisitivo alcanzará para eso. Esa es la Venezuela por la que la juventud de vente trabaja.
Calles sin asfaltar, paredes despedazadas, navajas que cortan pescados y sueños de personas que quieren un cambio para el país, eso encuentras en Los Cocos, pero también encuentras la sabiduría de la comunidad en comerciantes populares que entienden de oferta y demanda con base a sus productos, que los anuncios en materia económica por el régimen son una burla para el bolsillo de cualquiera menos para los del régimen, y por supuesto, que la única forma de salir de ello es por medio de la fuerza ciudadana.
Decía uno de los pescadores agitando el cuchillo con el que limpiaba los pescados “No hay pastillas, no hay medicinas, no hay medicamentos, no hay es nada. ¿Entonces tenemos que matar para poder sobrevivir? No podemos”
En Vente Joven seguimos recorriendo todo el país, llevando el mensaje de la libertad y de futuro, acompañando al ciudadano en su dolor pero organizando y articulando acciones contra el régimen en el marco de la necesidades básicas y de interés social. Nosotros sí vamos a alcanzar la libertad de nuestro país y a esta labor estamos todos convocados.