Carlos Ochoa: Algo huele mal en Miraflores

Carlos Ochoa: Algo huele mal en Miraflores

 

El tema económico ocupa en Venezuela a todo el mundo casi todo el tiempo, Maduro pasó a la ofensiva, colocándose él y su gobierno con ese movimiento de huída hacia adelante al borde del abismo, porque la pregunta del desaparecido y olvidado cono monetario de 12 céntimos y medio tan recordado por los mayorcitos, la de las 64.000 lochas, es cómo va a sacarnos de la descomunal crisis que él mismo ha provocado,  sin producir más petróleo, sin imprimir dinero inorgánico y sin acudir al FMI y el Banco Mundial, entre otras cosas que se deben hacer para detener la híper inflación y el cierre de las pocas empresas que aún producen. Así que es un cuento de las mil y una noche, que por mucho que se entreguen en concesiones ilegales a chinos, rusos, turcos y las transnacionales, los recursos petroleros y mineros, se detendrá la caída estrepitosa del régimen más temprano que tarde, sencillamente porque el tiempo se le agota, y se le acaban los conejos en la chistera para seguir creando ilusiones y esperanzas de que dispone de recursos para cumplir con lo que irresponsablemente ha prometido para hacer de Venezuela un país próspero.

Los indicios de qué algo huele mal en Dinamarca, y en la cúpula de poder Castro Madurista, es la cantidad de heraldos que anuncian la llegada de un fantasma que va a llenar de terror a los que hoy en la explanada del palacio, escuchan cada vez más cerca las protestas por el pésimo funcionamiento de los servicios en general, incluyendo los hospitalarios, que es quizá el más sentido y golpeado, porque la electricidad se va por días y vuelve, igual el agua, la telefonía, pero la salud no espera.  Este fantasma hambriento no es precisamente el padre asesinado del príncipe Hamlet, la tragedia de Shakespeare, de la cual tomo la frase que pronuncia Marcelo, uno de los personajes, en relación a Dinamarca, este fantasma que merodea por Miraflores es el General hambre con sus huestes saqueadoras. Ese es el verdadero fantasma que no sabe de carnet de la patria ni de Petros, cuando decide arremeter sin distinción al que se le ponga por delante.

Estoy seguro que hay sectores militares, políticos, empresariales, sindicales, religiosos y académicos, que conocen y evalúan el peligro de un estallido social, y las nefastas consecuencias en vidas y bienes que eso acarrearía para la sociedad venezolana, en pocos días las muchas empresas, comercios y pequeños negocios que no pueden pagar el aumento salarial, y que han liquidado a muchos de sus trabajadores, disminuirán su producción o bajarán las Santas Marías, y la nómina de desempleados se incrementará en el campo y la ciudad como nunca antes en la historia republicana, la escasez y la inflación no se detendrán porque Maduro obligue inconstitucionalmente a los venezolanos a sacarse el carnet de la patria para acceder a los alimentos,  la gasolina y al pago de las pensiones y jubilaciones, que  percibo  va a ser la gota que va a derramar el vaso que ya está lleno de frustraciones, pues las supuestas inclusiones sociales  han devenido en  exclusiones, comparables con las de los nazis y los estados totalitarios.

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