Opositores alertan a ABC de las masacres a indígenas y mineros y del expolio del metal precioso por empresas chinas, garimpeiros brasileños y la guerrilla colombiana del ELN, además de Turquía, publica ABC de España.
Ludmila Vinogradoff
@ludmilavino
Si hay algo que no brilla es el oro venezolano, por sus orígenes oscuros y depredadores. Pero eso no es lo que importa al presidente, Nicolás Maduro, a la hora de vender sus lingotes a los venezolanos, como anunció este domingo en el marco de un plan de «ahorro y recuperación económica».
En su programa televisado, Maduro mostró imágenes de las piezas: «El lingotico de 1,5 gramos va a costar 3.780 bolívares (63 dólares al cambio oficial) para el plan de ahorro de todos los trabajadores», explicó. El segundo es de 2,5 gramos y costará 6.300 bolívares (105 dólares). Según afirmó, los lingotes de oro provienen de Guayana, estado Bolívar, y tendrá el certificado del Banco Central de Venezuela. «Los aguinaldos de este año van a ser sustanciosos, pero yo no quiero que se los gasten todo, lo que quiero es un plan de ahorro seguro y estable», recalcó.
El mandatario no abundó en detalles sobre esta venta pública de oro, la primera de este tipo en la historia republicana. El oro siempre ha estado limitado a formar parte de la reserva monetaria financiera nacional y destinada a operaciones internacionales. Las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela (BCV) han caído de 37.000 millones de dólares a un mínimo histórico de 8.500 millones, de los cuales 7.000 millones son en oro y 1.500 millones en efectivo.
El ex director del BVC y diputado José Guerra aseguró a ABC que Maduro no puede usar el oro de las reservas del máximo instituto emisor para venderlas al público por estar prohibido. Pero sí puede vender cualquier otro que no forme parte de las reservas monetarias.
Las críticas de los opositores vienen por la venta de oro del denominado Arco Minero, el nuevo El Dorado en el estado Bolívar que ha impulsado el régimen de Maduro, firmando concesiones a rusos, chinos, turcos y brasileños.
Diamantes y coltán
La nueva fiebre en el Arco Minero –no solo de oro, sino de coltán (se usa en los teléfonos móviles) y de diamantes– está teñida de sangre, enfermedades palúdicas y el mayor ecocidio ambiental. Las masacres de indígenas y mineros por mafias de delincuentes que controlan la zona son diarias, bajo la mirada cómplice de las autoridades militares, que se limitan a cobrar su comisión. El diputado Américo de Grazia envió un SOS bajo la consigna de «Arco Minero de la muerte» por la masacre de seis indígenas de la tribu Jivi en el Alto Caura por el «crimen organizado».
El exgobernador de Bolívar y diputado Omar González alertó a este diario de que se trata de «otra mentira de Maduro, porque está enredado en su laberinto y no tiene dinero para pagar ni la nómina de los empleados públicos ni cómo asumir la financiación de su “paquetazo”. Está buscando plata como sea, pero su plan va a fracasar». El oro de Guayana está siendo «depredado por las empresas chinas, los garimpeiros brasileños y la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Se está cometiendo el mayor crimen ecológico del Alto Caroní y la Gran Sabana», denuncia. Para González, son «fuegos artificiales para encandilar a los venezolanos con que tendrán un lingote de oro en su futuro, pero el oro verdadero se fuga a Aruba y otros países, como Turquía. Maduro entregó a Erdogan mucho oro y no ha aclarado la negociación con Estambul».
El exgobernador de Bolívar propondrá a la Asamblea Nacional una investigación del entramado de oro, diamantes y coltán que se llevan los chinos sin ningún control.
Omar González sostiene que Maduro está expoliando las últimas riquezas de Venezuela. «Está saqueando al país, prometiendo lingotes, que servirán para blanquear capitales, porque no tiene quien invierta en el país», advierte.
El oro siempre produce fascinación a la gente. Y Maduro quiere poner las manos a las remesas de divisas que envíen decenas de venezolanos del exterior a sus familiares para que compren lingotes. Negocio redondo.