El brasileño Partido de los Trabajadores (PT) analiza los pasos a seguir de cara a las elecciones de octubre, apuntando sus dardos de campaña, entre otros, hacia la justicia electoral que inhabilitó a su candidato, el encarcelado Luiz Inácio Lula da Silva.
El exmandatario debe recibir el lunes a su compañero de fórmula, Fernando Haddad, en la cárcel de Curitiba (sur), donde cumple una condena de más de 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. En esa reunión se espera que marquen el rumbo del partido luego que el Tribunal Superior Electoral (TSE) invalidara su candidatura.
“Cada semana decidimos la estrategia jurídica y política a la luz de los acontecimientos de la semana anterior. (…) Entonces si hubiera novedades (sobre cambios en la candidatura) será mañana”, sostuvo este domingo Haddad en conferencia de prensa en Maceió (nordeste).
– “Hasta las últimas consecuencias” –
“El PT jamás abandonará a Lula! Defendemos su derecho a ser candidato hasta las últimas consecuencias”, desafió la presidenta del PT Gleisi Hoffman este domingo en Twitter, al reiterar que continuarán presentando recursos ante la justicia.
Ni Hoffman ni el PT detallaron dónde interpondrán los recursos, pero estarían barajando hacerlo ante el Tribunal Superior de Justicia (STJ) y el Supremo Tribunal Federal (STF). Este último se ocupa de cuestiones constitucionales.
“El más perjudicado en esta estrategia es el propio partido. (…) No entiendo cuál es el motivo de insistir en esa estrategia de la candidatura del expresidente en vez de buscar a otra persona”, señaló a la AFP Ivar Hartmann, profesor de derecho público de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
El TSE, que la madrugada del sábado rechazó la candidatura de Lula en el marco de la ley de “Ficha Limpia” -que impide a un condenado en segunda instancia presentarse a cargos electorales-, dio plazo al PT hasta el 12 de septiembre para encontrarle un reemplazante al líder, prohibió realizar actos de campaña por Lula y ordenó retirar su nombre de las urnas electrónicas.
Pero en los anuncios de campaña transmitidos en el horario gratuito del fin de semana el partido insistió en su imagen. Y en redes sociales llama a un “#Lulaço”.
“Es la propuesta del PT desde el comienzo: extender al máximo la agonía de Lula, la posibilidad de que ocurra un milagro. O que ese drama fortalezca la campaña de Haddad” en caso que sea designado candidato, estimó el politólogo Murillo de Aragao, al diario O Globo.
El exmandatario, de 72 años, se mantiene como el principal favorito de las encuestas, donde amasa un 39% de las intenciones de voto, 20 puntos más que su inmediato seguidor, el ultraderechista Jair Bolsonaro, según Datafolha.
“La transferencia de votos es muy pequeña. Si la sustitución no ocurriera en 10 o 15 días, puede ser que (la transferencia de votos de Lula a Haddad) no ocurra. Ese es el riesgo”, agregó De Aragao.
– ¿El avatar de Lula? –
Hasta el momento, Haddad -que en un escenario sin Lula registra una intención de voto de solo 4%- realiza campaña como “representante” del expresidente (2003-2010).
“El problema de la candidatura de Haddad es claramente que no se le conoce (…) Él no es conocido más allá del Estado de Sao Paulo”, sostuvo a la AFP Eduardo Grin, analista político de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
El exalcalde de Sao Paulo, de 55 años, fue Ministro de Educación bajo los gobiernos de Lula y de su sucesora, Dilma Rousseff (2011-2016). Su trayectoria lo colocó en el corazón de la maquinaria del PT, pero sin salir nunca de la sombra de su mentor.
Insistir con la candidatura de Lula “perjudica a Haddad, (…) perjudica la imagen del partido ante el elector porque parece que no hay otras personas competentes (para ser candidatos) dentro del partido”, agregó Hartmann.
Para el bloguero político Fernando Brito: “Haddad va a recorrer el país presentándose como el representante –no el ‘sustituto’ con pretensiones- de Lula. Y dejará en claro que, si tuviera que ser candidato, será para que Lula sea liberado y gobierne a través de él”.
AFP