“Lamentablemente cuando todos deberíamos estar trabajando juntos por la unidad para el cambio político de verdad hay muchos especialistas en crear falsas expectativas que han sumado muchas frustraciones en el pueblo de Venezuela. Hay incluso, varios candidatos a ser presidentes en el exilio designados por ese Tribunal. Hay una lucha feroz por quien va a administrar las cosas….Y si luchamos porque tenga vigencia en Venezuela el Estado de Derecho, no podemos promover llegar al Poder violándolo, porque no queremos cambiar, o no debemos cambiar un poder autocrático y dictatorial como el actual por otro al servicio de algunos intereses. Hay algunos que se ufanan en el exterior de ser financistas y que controlan a los Magistrados que nosotros designamos y los ponen al servicio de intereses muy particulares. Pues nosotros no estamos al servicio de esos intereses…” (ver Asamblea Nacional sesiona en rechazo a las medidas económicas, intervención del Diputado Omar Barboza, Presidente de la Asamblea Nacional, cierre de las intervenciones, 21 de agosto de 2018, en https://youtu.be/GsTrD9xDZkI, min 1:14:35)
La controversia que hizo pública -sin que nadie se lo preguntara- el Presidente de la Asamblea Nacional, Omar Barboza, en su alocución de cierre de la sesión de los Diputados del 21 de agosto de 2018, entre la Asamblea Nacional y el TSJ legitimo en el exilio, por la designación de un Gobierno de Transición que comience a poner fin a la tragedia que viven los venezolanos, me hizo recordar una máxima de mercadeo que es muy conocida desde hace mucho tiempo en las escuelas de negocios alrededor del mundo, cuando se trata de ubicar la estrategia de sus empresas cuando pierden la brújula: ¿En qué negocio está usted?
Efectivamente, cuando los especialistas dicen que McDonald’s no está en el negocio de las hamburguesas, sino en el de la comida rápida, o Ford no está en el negocio de los automóviles sino en el del transporte, se empieza a entender un poco a lo que me estoy refiriendo. Barboza nos está diciendo que la Asamblea Nacional está en “el negocio” de poner gobiernos, y nosotros, por el contrario, estamos diciendo que la Asamblea Nacional y el resto de los Poderes Públicos están en “el negocio” de darles solución a los problemas de quienes los eligieron. Entonces todo está en dilucidar quienes están comprendiendo mejor su rol en toda esta tragedia.
Si bien es cierto la Asamblea Nacional tiene constitucionalmente la responsabilidad de llenar de forma inmediata el vacío de poder ocasionado por la sentencia condenatoria de Nicolás Maduro Moros, no menos cierto es que al no ejercerlo con la oportunidad debida, nos está causando un daño a los venezolanos. Esto traería como consecuencia que exijamos que la Asamblea Nacional cumpla ese mandato de forma inmediata por porque es su responsabilidad; o que el TSJ legitimo lo asuma por solicitud de los interesados por la vía jurisdiccional. Esto es, los venezolanos les ponemos un juicio a esos irresponsables que le dan largas a un problema que requiere de atención inmediata.
Algunos hemos cerrado filas alrededor de los Magistrados que se constituyeron como Tribunal Supremo de Justicia legítimo en el exilio, quienes fueron objeto de una descomunal persecución política por parte del régimen, y para colmo están siendo maltratados por quienes deben ser sus principales protectores, los Diputados de la Asamblea Nacional. Las palabras de Barboza reseñadas al comienzo de esta nota así lo corroboran. Los llama vendidos y negociadores de un posible gobierno en el exilio, centrando la discusión en que están socavando la legitimidad de la Asamblea Nacional para designar ese gobierno, afirmando directamente que los Magistrados están “al servicio de intereses particulares”.
En otras palabras centra el debate en el quien nombra ese gobierno cuando lo verdaderamente importante ES QUE SE NOMBRE ESE GOBIERNO INMEDIATAMENTE. Si ellos estuvieran interesados ya lo hubieran hecho porque tienen la facultad constitucional para hacerlo, y que nadie les está discutiendo, más aun al declararse la falta absoluta por la condena del corrupto Nicolás Maduro Moros. Pero no lo han hecho por intereses que distan de ser los del pueblo de Venezuela. Entonces allí se pierde el debate que verdaderamente importa.
¿En dónde está el debate? ¿El debate está en si Capriles es o no es un corrupto por haber recibido un dinero de Odebrecht; o el debate está en las implicaciones políticas de una sentencia condenatoria de Nicolás Maduro Moros por corrupto? Alguien está muy interesado en que no se hable de la condena de Maduro sino que el debate principal se pierda y solo se hable que el TSJ legitimo “mencionó a Capriles” en unos documentos que no fueron generados ni por el TSJ legitimo, ni por la Fiscal General de la República, sino por las pruebas que enviaron en paquete cerrado desde Brasil, indicando que Maduro había solicitado 50 millones de dólares y solo le entregaron 35 para la campaña donde fue “electo”, y en donde se encuentran mencionados un grupo de personajes del régimen con Henrique Capriles, que al decir de Euzenando Acevedo, encargado de los negocios de Odebrecht en Venezuela, este último también recibió dinero para asegurar la presencia de su empresa en Venezuela después de las elecciones, porque fue Capriles, y no otro, el principal contendor de Maduro en esas elecciones.
No se podía mencionar otro opositor porque el único que compitió en esa campaña con opción de triunfo fue Henrique Capriles en ese caso de corrupción de Maduro, y eso hay que investigarlo. El TSJ no se pronuncia en esa sentencia por la inocencia o culpabilidad de ninguno de los mencionados allí, sino solamente por la culpabilidad de Nicolás Maduro Moros. Entonces, ¿cuál es el escándalo de Henrique Capriles y sus defensores? La única respuesta posible: desarticular la sentencia de culpabilidad de Nicolás Maduro Moros y el reflotamiento de la imagen de un muerto político.
Ahora bien, hay que recetar “Ubicatex” al Presidente de la Asamblea Nacional. ¿El debate está en que sea el TSJ legítimo o la Asamblea Nacional quien designe el gobierno de transición? ¿O el debate está en sustituir a Nicolás Maduro por una sentencia firme de corrupción, para resolver inmediatamente los gravísimos problemas que sufrimos los venezolanos?
El Presidente de la Asamblea Nacional despotrica del Secretario General de la OEA en esa sesión de la Asamblea Nacional para confundir a los venezolanos diciendo que Almagro “fue utilizado” por factores que pretenden desconocer la legitimidad de la Asamblea Nacional para designar un gobierno. Pero, Luis Almagro lo que hizo fue defender la legitimidad de las decisiones del TSJ legitimo, (cosa que al final terminaron admitiendo los diputados) y que de no hacerlo la Asamblea Nacional se haría cómplice del régimen. Esa verdad le molestó muchísimo a quienes ya tenían el paredón listo para fusilar al TSJ legítimo en la Asamblea Nacional.
Gracias al Secretario General de la OEA los diputados no desmantelaron al TSJ legítimo, que era lo que pretendían hacer, si nos atenemos a esas tenebrosas palabras de su Presidente. Esa torpeza le hubiera ahorrado al régimen la sentencia condenatoria de Nicolás Maduro Moros, y hubiese desplomado el argumento de vacío de poder invocado por el TSJ legítimo para el nombramiento de un nuevo gobierno, porque la preocupación de los diputados no era resolvernos la crisis, sino quien se haría cargo del próximo gobierno de transición. Pero al desviar el debate, el problema queda sin tratamiento, como efectivamente pasó, dejándole a la Asamblea Nacional el camino abierto para resolver ese “enojoso asunto” del gobierno de transición para abordarlo cuando a ellos les de la gana. Pero lamentablemente las cosas en Venezuela no están pasando a la velocidad que desean los ciudadanos Diputados que encabeza Omar Barboza.
El regreso a clases y a las actividades generales que comienzan después de agosto le subirá inusitadamente la temperatura a la protesta social, haciendo indispensable que se tomen medidas urgentes en relación a la situación venezolana. Solo un Gobierno de Emergencia Nacional en el exilio podría hacerlo con el auxilio de la comunidad internacional. El sentido de urgencia de la dirigencia política opositora dista mucho de ser el de la población venezolana. Pareciera que no se montan en el Metro ni en carritos por puesto, o no compran pan, o no les cortan la luz, o no van a los supermercados donde ya el nuevo salario está multiplicando exponencialmente los precios para dejar muy atrás ese nuevo salario mínimo. Si creen que no decidiendo el problema se acaba, la situación misma decidirá por ellos.
Caracas, 1 de Septiembre de 2018
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