El Gobierno de Trinidad y Tobago le advirtió a los servidores públicos que corren el riesgo de ir a la cárcel y de ser despedidos si acuden al llamamiento de paro nacional para mañana, realizado en protesta al cierre de la refinería de petróleo de la estatal Petrotrin y que afectaría a casi 3.000 empleos.
EFE
A principios de semana el ejecutivo y la empresa estatal anunciaron que la misma, con 101 años de experiencia en el negocio, dejará de operar en octubre debido a las perdidas continuas en las que está inmersa, por la importación de crudo.
El Sindicato de Trabajadores de Yacimientos Petrolíferos (OWTU, por su sigla en inglés) de Trinidad y Tobago ha hecho un llamamiento para llevar a cabo un paro nacional mañana, viernes, si el gobierno no renuncia a la medida de cierre de la compañía que tiene una deuda de unos 2 dos mil millones de dólares.
El presidente de OWTU, Ancel Roget, advirtió hoy a medios locales que la decisión del ejecutivo local llevaría a Trinidad y Tobago al “caos y la violencia” generalizada y que mañana prevé una asistencia masiva y que “el país va a temblar”.
Además la OWTU dijo que seguirán llevando a cabo medidas de presión para que el ejecutivo, que preside Keith Rowley, y de quien piden también su dimisión, revoque la decisión de cerrar la refinería.
A su vez, a principios de semana señaló que pese a que el ejecutivo ha hecho una oferta a su sindicato para adquirir la compañía, “el gobierno ya tiene un comprador para ella” y que la misma “realmente pertenece al pueblo”.
La refinería, ubicada en Pointe-a-Pierre, fue durante la segunda guerra mundial un importante enclave para el suministro a las fuerzas aliadas, y su cierre afectará en especial a la economía del sur de Trinidad.
Recientemente Rowley indicó que para su supervivencia la empresa necesita para funcionar una inyección “inmediata” de liquidez de 25.000 millones de dólares.