DESTRUCCIÓN (I). El ambiente en Venezuela es muy pesado, de mucho pesimismo, de elevada incertidumbre y de pocas esperanzas para una recuperación. Mucho menos hay expectativas sobre un cambio a corto o mediano plazo. Esa apuesta por un cambio rápido sólo está en la mente y los deseos de un grupo integrado por algunos líderes políticos, quienes tienen la obligación de seguir arengando a la población para continuar la lucha y sobre todo en las intenciones de los guerreros de las redes sociales. Son esos estrategas del teclado que han dividido al país entre puros e impuros. Esos que sueñan con asaltar a Miraflores mediante una operación de paracaidistas que se lanzan desde el pajarito de Twitter. Esos que desde las redes trazan planes para sacarlos a todos con el fin de exterminarlos. Quienes comparten sus tesis radicales, algunas de ellas muy locas, son los puros y los que van a liderar la vanguardia de la recuperación del país. Y los impuros aquellos que tienen los pies más sobre la tierra y piensan más en lo que es viable, sobreponiendo la realidad a los deseos. Para ellos esos son los colaboracionistas. Toda esta pesadumbre y desconfianza general no es obra de la casualidad. Algunos creen que es un plan bien elaborado que ha sido ejecutado por años con el hábil asesoramiento de los cubanos. Creo que es un plan que ha sido creado poco a poco. Es una realidad porque han tenido la habilidad de improvisar sobre la marcha y en un alto porcentaje sus acciones les han resultado positivas. Lo concreto es que han logrado su gran objetivo: la destrucción del país. La institucionalidad del país ha sido demolida por completo. Eso es parte de un esfuerzo por consolidar una hegemonía total que por supuesto se sustenta en un control de la mayoría poblacional, que en medio de la crisis y ante sus necesidades, acepta entrar por el redil y se somete a los designios de quienes regalan dinero, subsidian cajas con alimentos y ahora también subvencionarán el consumo de combustible. La destrucción es a todo nivel. Comencemos con la demolición institucional. No ha quedado una institución pública en pie en la Venezuela actual. Todos los poderes públicos han sido secuestrados y están a la orden del proceso. La Asamblea Nacional, que fue ganada por la oposición, fue aplastada por el resto de las instituciones, para luego crear el mamotreto de la Asamblea Nacional Constituyente que es el máximo tribunal de la inquisición revolucionaria. No ha quedado ni uno sólo de los partidos políticos con credibilidad. Todas las organizaciones de la oposición han sido arrolladas por el descrédito, una parte inducido desde los laboratorios del propio gobierno. Ni siquiera el PSUV tiene suficiente credibilidad, pero eso poco importa porque ellos son los que tienen el control y en vez de confianza, ellos buscan que la población les tenga miedo. También han intentado destruir a las pocas instituciones que gozan de la confianza de un sector importante de la población. Tomemos dos ejemplos ¿Cuánto no han dicho contra la Iglesia Católica? ¿Fíjense en lo que han quedado las universidades nacionales? y todo para reducir el impacto de sus críticas y advertencias. Todavía queda en pie la credibilidad en los medios de comunicación. El problema de éstos no es básicamente de pérdida de confianza de la gente, sino de desaparición de medios ¿Han contabilizado ustedes cuántos periódicos y cibermedios han desaparecido en los últimos años? ¿Se han detenido a precisar cuántos programas realmente de opinión o noticieros se mantienen en los medios audiovisuales? No es nada fácil hacer periodismo en Venezuela. No es sencillo mantener a flote y sin bloqueos a un medio de comunicación. En el marco de la destrucción general, la economía merece un tratamiento especial. Han dinamitado a una economía que con todas sus imperfecciones funcionaba y que había promovido la creación de miles de empresas de todos los tamaños. Han reducido al mínimo al sector privado y sólo aquellos que se someten al control del gobierno, gozan de los beneficios oficiales que no tiene la gran mayoría ¿Cuántas de las empresas con las cuales usted tenía alguna relación han cerrado porque no aguantan la múcura de trabajar en Venezuela? Yo perdí la cuenta y la cifra seguirá escalando, porque el gobierno desea que sólo sobreviva el sector empresarial afín a ellos y que la población dependa del Estado para casi todo. El Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica está diseñado y en ejecución buscando cumplir esa meta. Igualmente han destruido el sindicalismo fuerte y vigoroso que existió en el país. Sólo quedan retazos de aquellos sindicatos que eran capaces de enfrentarse al gobierno por las reivindicaciones de los trabajadores y como ejemplo ¿Qué fue de la CTV? Todo ha sido demolido. Para la mayoría del país casi todo lo que decidan las instituciones está viciado, marcado por el colaboracionismo o acordado con el régimen para garantizar su supervivencia ¿Por qué y para qué causar tanta destrucción institucional? Porque de esa forma se garantizan la lealtad de las instituciones e incluso la dispersión del sector opositor gracias a las fracturas y diferencias que entre ellos existen. Con la destrucción sobreviven en medio del caos y la incredulidad general. Es macabro, pero es la realidad.
¿COLAPSO? Los últimos eventos que han acentuado la crisis eléctrica en el Zulia no son hechos casuales, ni mucho menos producto del sabotaje. Son los avisos de un sistema que comienza a colapsar por la desidia y la sobre utilización a la que han sido sometidos ¿Por qué no pudieron evitar la explosión en la sub estación Las Tarabas? Porque la conexión remota que permite monitorear las instalaciones no funciona en su mayoría, por lo que no hay forma de detectar las fallas a tiempo y además los expertos aseguran que los mecanismos automáticos de control tampoco funcionaron. Igual ocurre con las dos líneas de 400 KVA cuyas estructuras de soporte y cableado no han recibido por años el mantenimiento que se requieren, por lo que son muy propensas a incidentes como el registrado. Los problemas del servicio eléctrico zuliano han sido ocultados por años ¿O no es así Pancho? Se dejó correr la arruga, hasta que el sistema no aguantó más ¿Dónde está el dinero que se destinó para las modernas sub estaciones que nunca se terminaron y que luego fueron desmanteladas por el hampa? ¿Quién o quiénes permitieron el pésimo manejo de Termozulia que no funciona a pesar de las cuantiosas inversiones realizadas? Estos son avisos del colapso que se acerca.
FRACASO. Tengo la percepción que las decisiones que está tomando el gobierno en relación con el aumento de la gasolina y el subsidio a través de Carnet de la Patria van rumbo al fracaso. Maduro alega que se busca frenar el contrabando de extracción hacia Colombia, pero pensar que ese problema sólo se resuelve con aumentar el precio, es un error. Ese se convirtió en un gran negocio para civiles y militares ¿Quién tiene la competencia de custodiar la frontera? Los militares ¿Quién permite entonces que la frontera sea un colador por dónde pasan miles de litros de combustibles? Los militares, aunque Maduro omita esta parte del problema ¿Quién dice que los contrabandistas no usarán el Carnet de la Patria para sostener su negocio? Ellos y sus luceros son los primeros que se censaron y así mantendrán el negocio. En el contrabando de gasolina hay muchos poderosos involucrados. Muchos militares de todos los rangos descubrieron que la gasolina les genera grandes dividendos. Pocos aguantan ese “te quiero en el oído”. El mejor ejemplo del fracaso que se avecina fue el Chip de la gasolina ¿Disminuyó el bachaqueo de gasolina? Ni un poquito y más bien se incrementó. Esta medida servirá para aumentar el control social, pero no para reducir el contrabando. Y además parece que el gobierno no tomó en cuenta el efecto que tendrá ese aumento de la gasolina a todo nivel. Podría aumentar la conflictividad social.
DESTRUCCIÓN (II). La sociedad venezolana también está siendo víctima de la destrucción. No han podido acabar con toda esa sociedad, pero han avanzado mucho en el control de la misma. Han exterminado el deseo de lucha y cambio de una mayoría importante. Han motivado el exilio de muchas personas que tenían el coraje de salir a la calle. Por ejemplo ¿Cuántos de los mal llamados guarimberos que usted conocía se han ido del país acosados por el gobierno? A la mayoría de la población la están controlando a través de ese diabólico mecanismo del Carnet de la Patria. Incluso anuncian que más de 18 millones de venezolanos se han registrado en el fulano carnet, con el propósito de intimidar a quienes aún se rehúsan a pisar ese peine. Hasta la cifra de pronto es falsa, pero ellos abultan la cantidad para demostrar que su control avanza sin piedad. La destrucción de la sociedad venezolana comenzó cuando Chávez dividió el país entre patriotas y apátridas. Esa radicalización del mensaje político dividió a muchas familias, algunas de las cuales siguen separadas por razones ideológicas. En Venezuela nunca había sido un problema esa diversidad ideológica. Adecos, copeyanos, masistas, mepistas y de cuánto partido usted recuerde se sentaban a dialogar y no se veían como enemigos a quienes se debe exterminar. Había cordialidad en medio de la pluralidad y las diferencias. La política en Venezuela se desdibujó y pasó al terreno militar, al de la guerra y el exterminio. Eso permeó a la sociedad y hoy padecemos las consecuencias, porque somos una sociedad profundamente dividida y con insólitos niveles de violencia. Es tan compleja la situación que hay subdivisiones en la división. Y el mejor ejemplo es que la oposición al gobierno es un todo, pero que está dividida y por eso su lucha e intenciones se dispersan y fracasan. La sociedad venezolana es mayormente de incrédulos. Hay poca confianza en las instituciones y los liderazgos. Se desconfía de sus acciones y decisiones. Hay un profundo resentimiento. La gente está resentida con el gobierno porque acabó con su calidad de vida, porque desmembró a sus familias y los intenta someter con dádivas. Pero también hay un gran resentimiento contra los políticos a quienes tildan de vendidos y acusan de la proliferación de los males y de la consolidación del régimen. La sociedad venezolana no confía en ella misma. Por eso muchos dudan que exista la fortaleza social para empujar un cambio. A veces pienso lo mismo, pero cuando observo y analizo con mayor detenimiento, esa percepción desaparece un poco. No todo está perdido.
RECHAZO. Esa es la marca distintiva de la gestión de Willy Casanova al frente de la Alcaldía de Maracaibo. Señor Casanova, su gestión está en una crisis tremenda. Si se molesta en enviar a hacer una encuesta y unos focus group sobre su gestión, obtendría dos resultados importantes. El primero es el alto rechazo hacia su gestión, incluso entre quienes se confiesan chavistas. Y el segundo, que la población tiene poco nivel de conocimiento sobre usted. Pero como en el oficialismo se empeñan en mirarse sólo el ombligo, testee lo que piensan los dirigentes del PSUV sobre su gestión y verá como la mayoría la rechaza por ineficiente y sectaria. Lo ven como un gobernante poco preparado y disperso. Lo perciben como excluyente porque no escucha a la dirigencia vecinal del PSUV, ya que prefiere rodearse de amigos que poco hacen por la ciudad. Le toca hacer una revisión completa. El problema es que tiene poco tiempo para hacerla. Usando un término que fue común en el discurso de Maduro, le sale aplicar un fuerte remesón a su gestión. Saque a sus amigos. Si los quiere mucho, comparta socialmente con ellos pero sáquelos de su gabinete porque le están causando un daño casi que irreparable. La gestión de Willy Casanova casi cruza el punto de no retorno para ser recuperada.
DESTRUCCIÓN (III). La destrucción también avanzó en el plano individual y familiar. El venezolano de hoy es diferente. Ya no es tan dicharachero, fiestero y emprendedor. Hay una merma. Hay un cambio. Hay una transformación. Todavía hay buenos ejemplos que resaltar. La individualidad ha sido acentuada, sobre todo en estos tiempos tan duros. La crisis cambió al venezolano. Por fortuna hay rasgos como la solidaridad con los más vulnerables que han tomado protagonismo. No todo está perdido, pero el daño es profundo. Las familias se están dispersando por distintas partes del mundo. Antes la Navidad, por ejemplo, era todo un evento de reunión y diversión. Hoy muchos tratan de matizar el duelo con videollamadas de Whatsapp o Skype en esas épocas tan especiales. De ser una nación receptora de migración, ahora somos exportadores de ciudadanos de todos los tipos, en su mayoría muy buenos que van a trabajar y contribuir con el crecimiento de los países a donde emigran. La diáspora venezolana es un fenómeno de estudio. Incluso han nacido o popularizado su uso dos categorías derivadas de esa emigración masiva. Por un lado, se habla de “padres huérfanos” porque sus hijos se han ido a otras latitudes. Y por otro, se analiza el síndrome del “nido vacío”, o sea las consecuencias que la diáspora está generando en nuestras familias. En Venezuela tradicionalmente las casas han sido muy espaciosas porque teníamos la cultura de familias enormes. Hoy sobran los espacios, se multiplican las casas vacías y la soledad es mucho más que palpable. Una de las pocas cosas rescatables de lo que ocurre, es que quien se va sigue pensando en su país, en sus querencias y la mayoría tiene la firme intención de regresar para reconstruir a Venezuela. La destrucción del individuo y la familia también es otra secuela de la larga pesadilla.
DÉFICIT. El exagerado aumento salarial que decretó Maduro puso en jaque a las gobernaciones y alcaldías, que en su mayoría no podrán cubrir el nuevo monto de la nómina de personal. En el caso de la Gobernación del Zulia y la Alcaldía de Maracaibo se dispararon las alarmas, porque al sacar las cuentas del incremento en los gastos de personal, se dieron cuenta que no podrán pagar tales aumentos. Incluso temen que los créditos adicionales que deberían llegar desde Caracas tampoco sean suficientes. No tienen cómo cancelar tal incidencia salarial. El caso de la Alcaldía de Maracaibo es un buen ejemplo, porque es un municipio que debería auxiliarse con los ingresos propios, pero no podrá porque la recaudación está en el piso. Si el Zulia y Maracaibo tienen esas dificultades ante el ajuste salarial, no quiero imaginar otras alcaldías y gobernaciones más pequeñas que aún deben aumentos anteriores a su personal.
CONFERENCIA. Importante la conferencia que el Partido Centro Democrático (PCD-PIZ) organizó con el economista Rodrigo Cabezas, quien explicó con lujo de detalles las razones de la crisis económica. No sólo es importe abrir los espacios para el debate, sino que además se haga con amplitud. Invitar a quien fue ministro de Finanzas de Chávez y ahora disidente del oficialismo, es una señal de la pluralidad que se va a requerir para enfrentar y resolver los problemas ocasionados por tantos años de errores acumulados. Este tipo de actividades deben repetirse porque la discusión sobre la crisis debe ser pública y abierta. Buena esa iniciativa de Carlos Alaimo y el PCD.
DESTRUCCIÓN (yIV). Aunque suene poco cónsono con lo que hemos analizado sobre la destrucción integral del país; es pertinente dedicar un capítulo aparte con lo que han hecho con el Zulia. El único estado región de Venezuela está siendo destruido sin piedad. El Zulia era la envidia del resto del país porque se producía de todo, pero además por el acentuado regionalismo que se traducía en una defensa a ultranza de lo nuestro. Hoy no es ni la sombra de lo que era. Poco a poco fueron minando al Zulia. La eliminación de competencias al gobierno regional y local cuando eran manejados por la oposición, la expropiación en sectores claves como el petrolero y agropecuario, además por supuesto del hundimiento de la calidad de vida de los zulianos. Es un caso atípico de un estado petrolero donde no hay electricidad y comprar gasolina implica hacer una cola de varias horas. Un estado que era productor de carne, pollo, leche, plátanos y vegetales, entre muchos rubros; pero que hoy no tiene qué comer. Un estado que llegó a tener la mejor vialidad del país, hoy tiene carreteras, avenidas y calles llenas de huecos. Maracaibo que fue una ciudad limpia y ordenada, hoy está llena de calamidad y basura. En ese esfuerzo oficialista por destruir, han hecho mucho hincapié en el Zulia. Incluso callaron la voz de sus músicos que a través de la gaita eran contestatarios. El Zulia está siendo destruido rápidamente. En síntesis en Venezuela avanza la destrucción a paso de vencedores. No creo en los supuestos poderes mágicos del gobierno mediante los cuales planearon todo desde hace 20 años. Lo real es que han aprendido sobre la marcha ¿Ya no hay esperanza? Por supuesto que la hay. Aún hay mucho por hacer y construir en Venezuela.
“LOS INCAPACES”. Un amigo que está cansado de tanto ir y venir del Sedemat de la Alcaldía de Maracaibo y que aún luego de un mes no logra tramitar y pagar lo que necesita, hizo un aporte importante para categorizar lo que ahí ocurre: “Hermano ese organismo está manejado por una banda de incapaces”. Mejor descripción imposible. Y eso es totalmente cierto porque no sólo es que la Banda “Los Incapaces” maneja el Sedemat, sino que lo destruyeron por completo. Lo acabaron. Una institución que funcionaba y recaudaba impuestos y servicios municipales, hoy es incapaz de cobrar y por eso los ingresos propios del municipio están en niveles críticos. Para la Banda “Los Incapaces” el problema no es que el organismo no funcione, sino la fuga de información y por eso desde hace varios días tiene toda una cacería de brujas buscando a quienes me informan sobre sus desastres. Quieren ocultar su despelote a como dé lugar. Y lo peor es que les siguen dando palos a ciegas a la piñata. No están ni cerca del origen de todo. Y en su afán están cometiendo errores inexcusables, como por ejemplo acosar a una empleada con muchos años de servicios, viene de la extinta Dirección de Rentas, por el simple hecho que se enfrentó a los gestores. Inclusive botaron a dos funcionarios de seguridad. A uno porque rechazó los atropellos contra el personal y a otro porque detuvo la sustracción de bienes públicos. Una de mis fuentes envió un oportuno mensaje: “El Alcalde no estuvo un día, sino tres días seguidos llegando de improviso, pero todo sigue igual de mal. Ahora se comenta que los van a apretar porque no hay recaudación que ayude a cubrir el aumento salarial que Maduro decretó y por eso están muy preocupados. Sólo podrán mostrar cifras irreales de cobro de impuestos y servicios, porque el papel lo aguanta casi todo. Quebraron el organismo y ahora se premia la incompetencia, las adulaciones y el tiempo discurre entre escoger el menú del día y en reuniones improductivas, en las cuales se habla mucho de lo que usted escribe. Si trabajaran como comen, el Sedemat fuera el organismo más productivo del país”. Señor Alcalde puedo entender que el jefe de “los incapaces” es su amigo, pero eso no quita que usted haga algo para frenar el despelote. Una salida honrosa es que usted le pida la renuncia ¿Se atreverá a hacerlo?
DESPELOTE. Luego de mis comentarios de la semana pasada sobre el despelote que reina en dos organismos de la Alcaldía de Maracaibo: Sedemat y Sagas; recibí un correo desde la Dirección de Seguridad Ciudadana en el cual afirman que ahí también abunda el despelote y enumeran las fallas: 1) el personal está poco preparado para trabajar en pro de la seguridad de la ciudad, pero en cambio se dedica a impulsar la carrera política del “amigo” del Alcalde; 2) todo es improvisado porque no se planifica nada, ni se organizan las actividades, pues todo sale de repente y debe ser resuelto de inmediato; 3) los horarios del personal son para esclavos y además ilegales porque los obligan a trabajar por más de 12 horas continúas; 4) no hay equipos ni aire acondicionado en la mayoría de las oficinas de la dependencia; y 5) hay muchas inconsistencias con el pago al personal. Señor Alcalde ¿Hasta cuándo permite que sus “amigos” le hagan daño a su pésima gestión?
¿VIABLE? Luego del aumento salarial que puso en alerta a todo el país, me detuve a pensar en su impacto en la educación privada. Como docente universitario sé muy bien lo que pasa en las universidades privadas con el tema, problemas que además se repiten en los colegios ¿Quién paga finalmente esos ajustes salariales en la educación privada? El estudiante y sus familias ¿Cuántos de los estudiantes que pudieron inscribirse podrán cubrir el nuevo incremento en la matrícula y en la unidad crédito luego del exagerado aumento de Maduro? Creo que pocos. Este problema se suma a la preocupante fuga de talento que conlleva a mucha improvisación en algunas universidades. La viabilidad de la educación privada en Venezuela está en peligro.
PREGUNTAS. Señor Alcalde cuando vaya de nuevo al Sedemat pregunte por los dos integrantes de la Banda “Los Incapaces” que fueron atrapados in fraganti sustrayendo bienes públicos. Le adelanto que uno de ellos fue quien usted mandó a sacar, pero que sigue mandando igualito en el organismo.
Darwin Chávez|@darwinch857|[email protected]