Los nicaragüenses realizaron este viernes el tercer paro nacional contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega desde que se inició en abril pasado la crisis sociopolítica que atraviesa el país y que ha dejado, según organismos humanitarios internacionales, centenares de muertos.
EFE
Calles, mercados, colegios privados, centros comerciales, terminales de autobuses y otros puntos céntricos en diferentes ciudades lucieron menos frecuentados.
El paro nacional, previsto para abarcar las 24 horas del sábado, fue convocado por la Alianza Cívica -contraparte del Gobierno en el diálogo nacional para superar la crisis- para presionar por la libertad de los “reos políticos”, calculados en al menos 135, pero que podrán ser entre 400 y 500 si se incluye a personas desaparecidas, según las organizaciones humanitarias locales.
En el marco de esta jornada, la Policía de Nicaragua liberó al estudiante Alejandro Centeno, arrestado el martes pasado. En zonas céntricas de Managua y otras ciudades del Pacífico del país pudo observarse una circulación bastante normal de automóviles en ciertas horas del día a pesar de la protesta.
El tercer paro nacional contra Ortega se lleva a cabo tras uno el 14 de junio, que obligó al Gobierno a permitir la presencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y otro el 13 de julio, que rechazó la celebración anual sandinista conocida como “El repliegue”. Para esta tercera protesta, el Gobierno intentó contrarrestar las manifestaciones con ferias en varias ciudades, pero el paro logró acentuarse hacia la tarde.
El cese de actividades no fue la única forma de manifestación, ya que en al menos 8 ciudades del Pacífico y norte de Nicaragua las calles amanecieron los globos siendo arrastrados por el viento, con frases como “Viva Nicaragua libre”, “Libertad”, “Justicia”, “#SOSNicaragua”, según se pudo observar en fotografías y vídeos publicados en las redes sociales.
Los globos tenían en común los colores azul y blanco, alusivos a la bandera de Nicaragua, los mismos tonos utilizados en protestas contra el presidente Daniel Ortega.
En el marco de las nuevas protestas, una encuesta divulgada este viernes por el Grupo Cívico Ética y Transparencia (EyT) reveló además que el 81 por ciento de los nicaragüenses quiere que se adelanten las elecciones de 2021.
La encuesta, aplicada 1.200 personas fue realizada vía telefónica desde un centro de llamadas de origen francés, el 1 de septiembre, y tiene un margen de error del 3 por ciento, según EyT.
Entre otras cifras del impacto de la crisis, el Banco Central de Nicaragua informó que en el segundo trimestre del presente año, que coincidió con el inicio de la crisis, el gasto promedio diario de los turistas no residentes en el país bajó a 37,7 dólares, 8 dólares menos que en el trimestre anterior, mientras la estadía pasó de un promedio de 11,8 días a 12,6.
Esta crisis que afronta Nicaragua ha dejado, según cifras de organismos de derechos humanos locales y extranjeros, entre 322 y 481 muertos desde abril, mientras que el Ejecutivo ha enfatizado que solo son 198 los fallecidos.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha responsabilizado al Gobierno de “más de 300 muertos”, así como por ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros, violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.
En una entrevista con la Agencia Efe en Managua, el presidente Ortega negó que haya sofocado las protestas con represión, dijo no sentirse responsable de las muertes en las calles durante los últimos meses y culpó a EE.UU. y al narcotráfico de financiar, apoyar y armar a grupos violentos.
Las manifestaciones contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.