El ultraderechista Jair Bolsonaro, líder en los sondeos para las elecciones presidenciales de octubre en Brasil y que el jueves fue acuchillado durante un mitin, está consciente y en buenas condiciones clínicas, según un boletín divulgado hoy por el hospital en Sao Paulo al que fue transferido.
EFE
De acuerdo con el boletín médico divulgado por el Hospital Albert Einstein, el candidato fue ingresado en ese centro médico en la mañana de este viernes y, pese a la gravedad de las heridas y el traslado, se encuentra en “buenas condiciones clínicas”.
El hospital, en donde el paciente ya había sido diagnosticado como muy estable, agregó que Bolsonaro está internado en una unidad de cuidados intensivos y que fue sometido a una serie de exámenes de laboratorio y de imagen por parte de un equipo multiprofesional encabezado por el cirujano Antonio Luiz Macedo y el clínico Leandro Santini Echenique.
Poco antes de la divulgación del boletín, el propio candidato anunció en un mensaje en las redes sociales que se encuentra bien.
“Estoy bien y recuperándome”, afirmó el polémico candidato en un mensaje que publicó en su cuenta en Twitter, una red social en la que es muy activo pero que estaba silenciada desde la mañana del jueves.
Bolsonaro, al que una única cuchillada en el abdomen le provocó una grave hemorragia en una vena, tres heridas en el intestino delgado y una lesión en el colon, fue sometido ayer a una delicada operación en la ciudad de Juiz de Fora luego de que, según sus médicos, llegara al hospital muy grave y corriendo riesgo de muerte.
El candidato fue transferido este viernes en un avión particular a Sao Paulo, en donde fue ingresado en el Albert Einstein, uno de los hospitales más prestigiosos de América Latina y en donde deberá permanecer ingresado entre una semana y diez días, según sus médicos.
La policía detuvo a un hombre que confesó ser el autor del atentado y trabaja con la hipótesis de que el agresor actuó solo, sin motivaciones partidarias y que sufre posibles problemas psicológicos.
El ultraderechista es uno de los candidatos más polémicos en la actual disputa electoral debido a que es un defensor de la última dictadura militar en Brasil (1964-1985); ha generado diversas protestas por sus insistentes declaraciones machistas, racistas y homófobas, y enfrenta procesos judiciales por discriminación e incitación a la violación.
El candidato del Partido Social Liberal (PSL) lidera los sondeos de opinión con un 22 % de los apoyos de cara a las elecciones del próximo 7 octubre, en un escenario sin el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción y cuya candidatura ha sido vetada por la Justicia.