Tres meses después de que unos 400 indios yukpa venezolanos fueran desterrados con amenazas de un terreno aledaño al puente internacional Francisco de Paula Santander, en El Escobal, de nuevo miembros de esa comunidad vuelven a asentarse en este sector, publica La Opinión.
Son unos 200, entre ellos 70 niños, que viven en chozas improvisadas en El Escobal y en el separador de la avenida Sevilla, pero se teme que en los próximos días arriben a Cúcuta otros doscientos, desplazados por la difícil situación que se vive en el vecino país para acceder a alimentos.
“Todos provenimos de la serranía del Perijá, pero tenemos costumbres distintas a la tribu que abandonó Cúcuta en mayo. A nosotros, contrario a los que se fueron, no nos gustan los problemas ni la pelea, somos pacíficos, lo que pasa es que estamos pagando la mala fama de ellos”, dijo Reinaldo Romero, uno de los caciques del grupo que se encuentra ahora en la capital nortesantandereana.
Las autoridades no parecían estar enteradas ayer de este nuevo desplazamiento de indios de Venezuela a territorio colombiano, porque cuando se les indagó ninguna supo dar una respuesta.
En El Escobal y en Sevilla, vecinos manifestaron su preocupación por la presencia de los yukpa, toda vez que en los dos últimos años convivieron en medio de zozobra por el problema ambiental que se desprendió por la presencia de unos 400 indios en su barrio, pero además por los reiterados ataques que se protagonizaban contra las autoridades.
Por ser un tema de orden migratorio, la alcaldía esperaba ayer que la Cancillería fijara una posición sobre el particular.