«La epidemia de opiáceos me ha tocado de cerca de un modo trágico y devastador. Mi hija de 21 años, Emily, ha muerto de sobredosis. Perder un hijo, especialmente de manera repentina e impactante, le ha dado la vuelta a mi vida por completo. Sin embargo, debo seguir adelante. Y mi única pregunta ahora es: “¿Cómo lo hago”? Mi elección, aunque arriesgada, es compartir la historia de mi hija con vosotros». Este es parte del discurso que la periodista norteamericana, Angela Kennecke, pronunció en horario de máxima audiencia tras la muerte de su hija, publica abc.es.
Como narra en el estremecedor mensaje, Kennecke ha decidido utilizar su puesto como conductora del informativo del canal KELO-TV, en Dakota del Sur, a fin de que la triste historia de su vida sirva como ejemplo para otros jóvenes.
«Debemos encontrar mejores y más efectivas formas para tratar la adicción. También acabar con el estigma que impide que muchos busquen ayuda, incluida mi hija. Si 72.000 personas murieran de cualquier otra causa, estaríamos unidos para acabar con el sufrimiento de tantas familias, de tantas madres», afirma la periodista.
El pasado mes de mayo, Kennecke preparaba un reportaje sobre padres cuyos hijos habían muerto a causa de las drogas. La periodista acababa de descubrir que su hija era una adicta y así lo comunicó ante su audiencia. «Cuanto más tiempo pasaba con ella, más alarmas se encendían en mi cabeza», afirmó. Aunque la joven accedió a tratarse, no tuvo ni siquiera tiempo de visitar a un especialista. Mientras Kennecke trabajaba en su reportaje, su marido encontraba a la joven sin vida en su habitación. Tras un duro duelo, la periodista no dudó en enfrentarse a su dolor y convertirlo en algo positivo. «No lo llamaría valentía. Creo que estoy entrenada para hablar en público, para hacerlo en directo y creo que era necesario que lo hiciera», afirmó.