Cerca de un 40 por ciento de las tiendas de Venezuela no han podido abrir sus puertas y muchas de ellas podrían terminar cerrando definitivamente, heridas mortalmente por la decisión del régimen de Nicolás Maduro de incrementar de un solo golpe el salario mínimo en cerca de 3,500 por ciento, publica El Nuevo Herald.
Por ANTONIO MARIA DELGADO
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Muchas de estas compañías, que a duras penas habían resistido el gradual colapso de la economía, ven el incremento salarial junto al resto de medidas económicas anunciadas el mes pasado por el chavismo como la estocada final de una cadena de políticas que gradualmente venían asfixiando sus operaciones.
“Es una tormenta perfecta”, dijo desde Caracas María Carolina Uzcátegui, presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (CONSECOMERCIO) “Estas decisiones están llevando a muchos empresarios a decir: ‘¡No, ya yo no puedo más!’”.
El problema es que las empresas venezolanas están siendo obligadas a vender muy por debajo de los precios de costos y de reposición, aún cuando el peso de la nómina salarial acaba de aumentar 60 veces, explicó Uzcátegui.
A eso se le suma que el régimen le está impidiendo a los empresarios ajustar los precios para cubrir parte del incremento en los costos, considerando que no es necesario.
Y de hacerlo, los gerentes o los dueños de las tiendas pueden terminar tras las rejas, comentó Uzcátegui.
“Tenemos inspecciones, y nos obligan a vender a precios del mes pasado, y eso descapitaliza totalmente a las empresas cuando se esta en una economía hiperinflacionaria, donde ni siquiera puedes vender al precio de ayer, porque si lo haces estás perdiendo”.
“Y el que protesta éstas medidas corre el riesgo de ir preso, sin derecho a reclamo, sin derecho a nada, simplemente porque el funcionario de turno que llegó a inspeccionar la tienda se le antojó arrestarte, lo hizo y ya está”, agregó.
Según cálculos de la Asamblea Nacional, Venezuela registró una tasa inflación mensual de 200 por ciento en agosto, lo que significa que en 31 días, el bolívar perdió dos tercios de su valor.
Son cientos de locales, que representan cuatro de cada diez locales, los que no han abierto aún sus puertas, al cumplirse dos semanas desde que Maduro anunció el incremento salarial que entró en vigencia este mes. Pero algunas de las que sí han abierto están simplemente liquidando sus mercancías para luego cerrar definitivamente.
El economista Orlando Ochoa dijo que el incremento salarial es imposible de sobrellevar para las comercios cuando se toma en cuenta que sus dueños ya tenían dificultades para tener acceso al mercado cambiario para importar y para conseguir mercancía de producción nacional para reponer sus inventarios.
“El sector público tiene el monopolio de las importaciones, el mercado cambiario es disfuncional, y hay una hiperinflación, de modo que si les aumentan los salarios por decreto […], y el sector comercial e industrial no puede vender productos por estos problemas, pero además porque sufre fallas eléctricas, fallas de infraestructura y la perdida de personal calificado, que se está yendo, entonces es fácil de entender que muchos pueden preferir cerrar ante este escenario”, explicó Ochoa.
La decisión de cerrar es mucho más fácil de tomar para las empresas pequeñas y medianas, pero la decisión podría ser algo más difícil para las empresas de mayor tamaño, que podrían perder también las inversiones realizadas en instalaciones ante el riesgo de ser expropiadas, agregó Ochoa.