Se Vende Patria por Jorge Olavarría H.

Se Vende Patria por Jorge Olavarría H.

Jorge J. Olavaría de Halleux [email protected]

Quantus tremor est futurus, Cuánto terror será el futuro

Quando Judex est venturus, Cuando venga el Juez

Cuncta stricte discussurus! Inquiriendo todo rigurosamente





Los escuetos bosquejos que están surgiendo de la venta que Maduro hizo de Venezuela a los Chinos, producen un aluvión de rabia y vergüenza en tantos niveles (desde lo más básico o primitivo hasta lo más complejo y logarítmico) que todo venezolanos provisto de medio gramo de inteligencia y alguna evocación de la decencia debería llenarse de furia, de la rabia peligrosa, la ira que clásicamente ha producido reacciones radicales, extremas, insensatas. 

No creo necesario resaltar la desvergüenza del régimen de putas más idiotas que socialistas que “tienen patria” y la venden para quedarse un cuarto de hora más con las tenazas del poder, imbéciles que venden la nevera para comprar carne. No hay y nunca hubo una jerarquía tan soberanamente imbécil.  Segundo está la amoral y paradójica administración marxista-capitalista de Xi Jiping que a pesar del bálsamo de la riquezas desmedidas, necesitan revisarse las cicatrices profundas que les dejó el imperialismo mercantilista que por tanto tiempo les impuso el occidente y que ahora por razonamientos análogas nos imponen con creces, hasta articulando colonias tipo apartheid para la explotación de los recursos del país so pretexto de cobrarse in-situ las hipotecas vencidas que, en su mayoría, son ilícitas y en su totalidad son  inmorales.

Esta indignación viene seguida muy de cerca contra la incalculable idiotez del gobierno del Trump, el orangután anaranjado con tupé que resultó ser mucho diente y ninguna mordida, y que les permitió a los chinos, sus antagonistas ideológicos y comerciales, en su propio “patio trasero”, una jugada tan siglo XVI, tan invasiva y colonizadora que debería ser insultante a todo norteamericano letrado que aun se recuerdan de la Doctrina Monroe como blasón del interesado proteccionismo imperialista libertario norteamericana.

Porque asumimos que los chinos se quedaron con Venezuela sin siquiera consultar con los gringos, y lo hicieron pausadamente, en una maniobra bancaria clásica de cordiales endeudamientos progresivos que no solo te dejan sin la casa sino que terminas en la calle todavía teniendo que pagar lo que le debes (+ intereses) a quien sagazmente te corrió legalmente de tu casa por imbécil.     

La última consideración de la ira y no menos es contra la “oposición” que se la pasa llorando en la republica de Trump o en la UE, y no ha hecho esfuerzo alguno para explicarle a los chinos (o a sus agentes en quintas alquiladas en Altamira, por ahora) que no les conviene seguir oxigenando a un régimen que está consumado. Claro que China está dispuesta a poner todo concepto ético a un lado con tal de hacerse de la materia prima que requiere para subsistir y competir, pero alguien tiene que recordarles que aunque sea cierto que los mercados tienden a ser amorales y solo compran con el estómago y los ojos, también, de vez en cuando, los mercados tienen achaques de decencia y compran con la conciencia.