El coronel Georges Feres Kanaan, uno de los responsables de la operación realizada por el Gobierno brasileño para acoger a los miles de venezolanos que han llegado al país, afirmó hoy que “la situación en la frontera está en orden”.
Tras algunos meses en los que Brasil recibió un creciente flujo migratorio desde Venezuela, el militar aseguró a periodistas que tanto en Pacaraima, ciudad que marca la frontera entre ambos países, y Boa Vista, capital del estado de Roraima, la situación “está controlada”.
En Pacaraima incluso llegó a haber algunos incidentes violentos, como un ataque de ciudadanos brasileños a un campamento de venezolanos, pero sostuvo que se trató de un hecho “puntual” que ya ha sido superado.
Kanaan dijo en Boa Vista que, actualmente, entre esa ciudad y Pacaraima funcionan doce abrigos para inmigrantes venezolanos que albergan a unas 5.000 personas, que han llegado a Brasil huyendo de la crisis venezolana en estado de casi total “vulnerabilidad”.
Los abrigos funcionan con cooperación de organismos como el Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y otras entidades internacionales y en ellos las personas que llegan casi en la miseria reciben comida, clases de portugués y orientación para la búsqueda de empleo, así como asistencia social integral.
Sin embargo, Roraima es uno de los estados más pobres de Brasil y su mercado laboral no tiene capacidad para absorber a la gran masa de venezolanos que ha llegado durante el último año y medio y que las autoridades calculan en unas 60.000 personas.
Como alternativa, el Gobierno brasileño ofrece a los inmigrantes un plan de reubicación, mediante el cual les traslada a otras zonas de Brasil, en las que existen mejores oportunidades de trabajo y de inserción social.
En el marco de esa iniciativa, este martes está previsto que unos 230 venezolanos dejen Boa Vista rumbo a Curitiba y Porto Alegre, dos ciudades del sur del país en las que se han identificado mejores oportunidades de empleo para los inmigrantes.
Según el portavoz militar, con esos 230 llegarán a unos 2.200 los venezolanos reubicados, siempre en coordinación con las autoridades de las ciudades receptoras, las cuales aseguró que han “comenzado a entender que estamos frente a un problema nacional”.
Kanaan sostuvo que en las calles de Boa Vista, en las que hace unos meses llegaban a dormir cada noche unos 2.000 venezolanos, ya casi no hay inmigrantes, pues los abrigos construidos en los últimos meses han acogido a prácticamente todos.
Aún así, en las próximas semanas concluirá la construcción de un nuevo albergue en Boa Vista, con capacidad para unas 1.000 personas, en previsión de que el flujo migratorio puede incrementarse, a pesar de que se ha estabilizado en las últimas semanas.
Según datos oficiales, cada día ingresa a Brasil por la ciudad de Pacaraima un promedio de 500 venezolanos, pero sólo un 10 por ciento llega en situación de “vulnerabilidad” y necesita el apoyo de las autoridades.
Aún así, Kanaan reconoció que el impacto de esa migración en los servicios públicos, sobre todo en las áreas de sanidad y educación, todavía no ha sido totalmente mitigado.
A pesar de un fuerte apoyo financiero del Gobierno federal y de la cooperación que prestan organismos internacionales y diversos grupos humanitarios locales, el coronel admitió que “aunque ha sido muy atenuado”, el deterioro causado por la migración en la calidad de los servicios públicos “se mantiene”.
Para remediar esa situación, explicó que el Gobierno apostará con más fuerza en los planes de reubicación de venezolanos, que según encuestas hechas en Pacaraima y Boa Vista son aceptados por cerca del 80 % de los inmigrantes.
Hasta ahora, desde Roraima, ya han sido trasladados unos 2.000 venezolanos, que han sido acogidos en Sao Paulo, Manaus, Cuiabá, Río de Janeiro, Joao Pessoa y Brasilia, entre otras ciudades.
EFE