En cualquier democracia del mundo y para cualquier gobernante es indispensable contar con el apoyo popular; y cuando éste factor no se tiene o se ha perdido, el elemento a la mano que les queda a regímenes totalitarios es violar la constitución y aplicar el uso de la fuerza para sostenerse en el poder; sin importarles la miseria a la cual tengan sometido al pueblo que un día los eligió.
En la sociedades de cualquier nación del mundo, encontramos hombres y mujeres que se distinguen por sus virtudes, valores, formación, abnegación; otros muy miserables, egoístas, depravados, corruptos; como también, una clase social desprovista del espíritu del bien como del espíritu del mal.
Creemos en la revolución del desarrollo, que está fundamentado su éxito en impulsar nuevas iniciativas, someter al país a un proceso de regeneración con resultados de bienestar y felicidad para la nación.
Los Venezolanos estamos convocados a la unión, a la organización, a conquistar hombres y mujeres de bien, con virtudes, comprometidos con el derecho a la independencia que gozan las naciones, y defender el pan diario de nuestros hijos.
En la calle existe un pueblo que tiene las energías necesarias para no dejarse embaucar con una nueva constitución; cuyo propósito es terminar de acelerar la destrucción económica del estado nacional libre e independiente, arruinar la industria y el comercio, someter al pueblo a un empobrecimiento cada ves mayor, ejerciendo un control absoluto del país en general.
Este pueblo se cansó de la opresión impuesta de forma reiterada por los actores del gobierno contra los venezolanos. Y la única posibilidad, es declararnos en emergencia nacional, democrática, y constitucional para liberarnos y poder escapar de ésta esclavitud que vivimos, y que exige la unión de todos, para construir una gran Venezuela, donde todos tengamos iguales derechos y idénticas obligaciones.