Sobre del colombiano, que desde 2011 firmó jugosos contratos con el Gobierno de Venezuela, existe una investigación por lavado de activos. Sospechan que, mediante exportaciones ficticias, habría movido desde 2004 casi US$135 millones, publica El Espectador.
En los despachos judiciales del país ronda una investigación contra Alex Nain Saab Morán, el empresario barranquillero que ha sido señalado como uno los grandes contratistas del chavismo. Desde hace unos meses, las autoridades han rastreado las cuentas de casi una decena de empresas que pertenecerían a su círculo familiar y con las cuales supuestamente habría lavado miles de millones por medio de exportaciones e importaciones ficticias. Estas actividades ilegales le habrían permitido al clan Saab enriquecerse ilegalmente, al punto de consolidar una fortuna que se ha ido incrementado, según el portal venezolano Armando Info, con jugosos contratos que desde 2011 ha firmado Saab con Venezuela.
La preocupación de las autoridades es que Alex Saab salió del país rumbo a Italia. La sorpresa fue que su viaje coincidió con el momento en que la investigación iba cogiendo cada vez más fuerza y se estaba construyendo un robusto expediente en su contra. Las alarmas por posibles filtraciones se activaron y están buscando a quienes le avisaron a Saab que la justicia estaba pisándole los talones. Sus declaraciones de renta y registros financieros desde 2004 dan cuenta de millonarios negocios de exportaciones, importaciones y cambio de divisas con empresas de papel en países como Panamá, China y Venezuela principalmente. Durante estos años sus sociedades en Colombia registraron ganancias exorbitantes que al parecer nada tenían que ver con sus contabilidades.
La empresa que habría servido como base de las operaciones ilegales del clan Saab es Shatex S.A., una sociedad que en los registros de Cámara y Comercio aparece que fue constituida en 1998, liquidada en 2016 y que durante años se dedicó a la exportación de textiles y materiales de construcción. Hasta el momento se ha logrado establecer que Shatex S.A. habría lavado miles de millones. Sin embargo, en sus pesquisas las autoridades han evidenciado que entre el conglomerado de empresas del clan Saab se movieron cerca de US$135 millones en supuestas mercancías que salían e ingresaban al país, lo que les permitía obtener beneficios tributarios y no reportar recursos que sacaban irregularmente a cuentas del exterior.
Alex Saab se convirtió en uno de los hombres más poderosos a la sombra en Venezuela. Sin embargo, en agosto de 2017 durante la cumbre de fiscales de Latinoamérica, la exfiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, denunció públicamente que Saab era uno de los grandes beneficiarios de la corrupción que rondaba los contratos para importación de cajas de alimentos para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), el plan del Gobierno venezolano para subsidiar la alimentación de las familias censadas en su país. Desde ese entonces, el portal periodístico venezolano Armando Info ha develado las irregularidades del negocio y la compleja trama societaria que se ha montado para evitar descubrir a los verdaderos dueños de las empresas beneficiadas.
Los nexos con Venezuela
Para las autoridades colombianas, las exportaciones ficticias de las empresas de Alex Saab fueron sus primeros negocios antes de convertirse en uno de los grandes contratistas en Venezuela. En sus publicaciones, Armando Info explicó que, en 2011, el clan Saab firmó con el Gobierno de Hugo Chávez un contrato por US$685 millones para la venta de casas prefabricadas dentro del denominado plan “Misión Vivienda”. Ese contrato se firmó mediante la empresa Fondo Global de Construcción, en la que Alex Saab sería socio de Álvaro Pulido, otro colombiano que se ha visto envuelto en escándalos de corrupción en Venezuela, cuyo nombre real sería Germán Rubio.
Tanto Saab como Pulido fueron investigados en Ecuador en 2015 por supuesta simulación de exportaciones con la filial ecuatoriana del Fondo Global de Construcción, una sociedad registrada en la isla de Malta. La investigación de la Fiscalía de Ecuador no prosperó, pero dejó entrever cómo supuestamente la empresa de Alex Saab y Álvaro Pulido habría incurrido en sobrefacturación por US$159 millones y se habría aprovechado del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE), el denominado “bitcoin chavista”, que permitía un acceso preferencial a la hora de comprar y vender dólares a un precio ínfimo en Venezuela.
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