Dice el historiador mexicano, uno de los pensadores latinoamericanos más influyentes, que al escribir ‘El pueblo soy yo’ tenía el deseo de que no se hablara de Hugo Chávez ni de Fidel Castro. Que su objetivo era presentar el tema del poder absoluto en América Latina con un centro histórico, filosófico y literario. En su opinión, el origen del populismo está “en un extraño instinto de reverencia al caudillo”.
Quédense con un nombre: Richard Morse. Un estadounidense enamorado de América Latina. Un académico nada común. Más bien un pensador a la manera de Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset. Morse es también la fuente de inspiración del escritor e historiador mexicano Enrique Krauze en su último libro, El pueblo soy yo (Editorial Debate), que presentó este martes en Madrid.
Ya lo dijo el propio Krauze en la Casa de América. “Es un libro cuyo centro no es la política actual”. Y todo a pesar de que trata sobre la amenaza del populismo en América Latina. Y todo a pesar de que habla sobre los peligros de la acumulación del poder en una sola persona. Y todo a pesar de que incluye capítulos de máxima actualidad. Ahí está uno titulado “La destrucción de Venezuela”, otro “México, en la antesala del populismo” y uno más llamado “El narcisismo de Podemos”.
Pero Krauze no quiso que en el acto se hablara de Hugo Chávez, ni de Fidel Castro. Tampoco de Andrés Manuel López Obrador, y mucho menos de Donald Trump.
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