El Banco Mundial (BM) alertó el viernes sobre la “frágil recuperación” de las economías de América Latina y el Caribe luego de años difíciles, y pidió desarrollar “capacidad de resiliencia” para hacer frente a los retos, en particular en Sudamérica, reseña AFP.
“Hemos encontrado baches en el camino a la recuperación”, dijo Carlos Végh, economista jefe del organismo para la región, al revelar el último informe semestral de la región. “Esto hace que sea aún más necesario mejorar la comprensión y la gestión de los riesgos y otros impactos, desde turbulencias financieras hasta desastres naturales”.
Tras una desaceleración de seis años y una contracción del 1% del PIB en 2016, la región creció 1,1% en 2017, y las previsiones a principios de año eran optimistas para 2018.
Pero con la crisis macroeconómica que impactó a Argentina desde abril, la desaceleración del crecimiento en Brasil, el continuo deterioro de la situación en Venezuela y un entorno externo más desfavorable, el BM espera ahora que la expansión sea solo de 0,6% en 2018, contra un 1,7% esperado hace un semestre. Para 2019, la proyección de crecimiento también fue recortada a 1,6%, desde un 2,3%.
“La situación general sigue siendo preocupante”, señala el reporte.
Uno de los “nubarrones en el horizonte” es la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, que llevó a una “drástica” reversión del ingreso de capitales, un fortalecimiento del dólar y una depreciación de las monedas locales en la mayoría de los principales mercados emergentes.
Según el BM, la entrada neta de capitales a la región pasó de un máximo de 49.600 millones de dólares en enero del 2018, a 18.800 millones de dólares en agosto.
Otro desafío es la “precaria” situación fiscal de la región: el informe indica que la deuda pública superó el 60% del PIB de la región en su conjunto, y seis países tienen tasas de endeudamiento superiores al 80%.
Ante este panorama, “la región no tiene más remedio que aumentar el ritmo del ajuste fiscal para garantizar la sostenibilidad de la deuda en el corto y mediano plazo”, indica el informe del BM, pidiendo sin embargo “preservar” en lo posible los “considerables logros sociales” de la “década dorada” de altos precios altos de las materias primas (2003-2013).
– Otras tormentas –
Los riesgos no son sólo económicos, advierte el BM. Terremotos, huracanes e inundaciones también constituyen una amenaza. “La región está extremadamente expuesta y es vulnerable a una gran variedad de desastres naturales”, agrega el reporte.
Por eso, teniendo en cuenta la densidad de población ubicada en las zonas afectadas y la escasa gestión de riesgos, el BM insta a prever mecanismos de asistencia y autoseguros.
En ese sentido, el informe destaca el “excelente” bono catastrófico emitido de febrero, que proporciona un seguro de 1.360 millones de dólares en protección contra terremotos a los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú).
El BM también menciona herramientas como el Mecanismo de Seguro contra Riesgos Catastróficos del Caribe (CCRIF), que puede otorgar fondos de fácil acceso, por ejemplo, para superar los efectos de un huracán.
“Construir resiliencia es muy importante”, destacó en rueda de prensa Jorge Familiar, vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe.
A pesar de esta perspectiva complicada, el reporte del BM enumera tres factores externos que siguen siendo “relativamente positivos para la región”: el fuerte crecimiento en Estados Unidos, el crecimiento más reducido pero superior al 6% en China, y la recuperación del precio de las materias primas.