Con la muerte de Fernando Albán se cierra una trágica vuelta del destino que te atañe directamente.
La dinámica de la víctima que se transforma en victimario es profundamente conocida en nuestros estudios sobre psicología. Sin embargo, pocas veces hemos tenido la oportunidad de ser testigos de excepción de una pública trasformación de un rol en el otro como nos ha tocado a todo el país en relación a la historia de los hermanos Rodríguez. Aquí es donde se hace evidente la vuelta que el destino completó frente a nosotros y que te atañe directamente.
Tu carrera política comenzó enarbolando la bandera de la justicia y de la defensa de nuestros derechos fundamentales. Tu motor fue el dolor por la pérdida de tu padre en manos del poder. Hace poco tu hermana nos habló del sufrimiento que los acompañó desde su muerte. Nos habló de venganza. Una venganza que aguardó décadas para poder materializarse. No nos vengamos sino desde el dolor y el resentimiento. De eso tú sabes más que la mayoría de nuestros compatriotas, no sólo porque lo has sufrido, sino por tu condición de psiquiatra, y eso te hace directamente responsable de lo que estamos viviendo.
Sabemos que hoy en día, en nuestro país, el poder es detentado por una compleja, oscura y tenebrosa quimera. La cara visible del mismo es una persona, es cierto, pero éste no es más que una triste máscara, un pelele, detrás del cual se esconden las verdaderas fuerzas que lo sostienen, y tu formas parte de esa monstruosidad que ha parido este régimen. Desde afuera vemos como las múltiples cabezas de esta quimera monstruosa se retuercen y resoplan, pidiendo a gritos mantenerse firmes y alineadas en complicidad porque ya no hay forma de mantener el poder si no están unidos, y saben que el costo de perderlo es muy alto. Sin embargo, te pregunto, Jorge: ¿hasta donde puedes llegar sin tomar conciencia de que hace rato traicionaste tus principios fundamentales y la memoria de tu padre? Te transformaste en un poder mucho más oscuro que el que lo llevó a la muerte. Eres cómplice y victimario de la muerte de Fernando Albán y en sus hijos huérfanos estás repitiendo tu propia historia, y en su muerte la de tu propio padre.
Frente a esta imagen de horror sólo te quedan dos caminos: o profundizar en tu proceso de transformarte en un ser cada vez más monstruoso, o desde el poder y responsabilidad que te ha conferido la historia lograr que nuestro país, tú país, logre remontarse al camino de las formas de convivencia básicas que perdimos ya hace años. Tú eres un hombre inteligente y sabes de qué te estoy hablando. Hace mucho tiempo rompiste tu juramento hipocrático como médico. Tienes tiempo utilizando en función del Mal el saber que te transmitimos en la Escuela de Psiquiatría. Hace mucho más tiempo aún estás traicionando tus principios y valores fundamentales. Que no hayas sido consciente no te quita responsabilidad. Esta muerte te atañe directamente.
Ojalá encuentres un camino para que la misma no sea en vano y te salve de que el ejército de las Erinias y las Furias se despierte y te persigan y torturen hasta el momento de tu muerte. Tienes mucho poder en tus manos. Ojala sepas utilizarlo.
Eduardo Carvallo
Psiquiatra.
Docente de Jorge Rodríguez durante su formación como psiquiatra en el HUC.