El estudiante Vladislav Rosliakov, que mató ayer a veinte personas en un instituto de Crimea, fue víctima de acoso escolar, reveló hoy una de sus amigas.
“Me decía que perdió la confianza en la gente cuando sus compañeros de clase comenzaron a humillarlo por no ser como los demás”, manifestó la joven, bajo condición de anonimato, durante una entrevista con la cadena rusa RT.
Según la chica, Rosliakov, de 18 años, le había confesado que las vejaciones sufridas le quitaron las ganas de vivir y que quería vengarse de sus agresores.
“Cuando nos hablábamos, todo iba bien. Era bueno y compasivo, me ayudaba cuando algo iba mal”, declaró la muchacha, quien agregó que, después de que su amistad se terminara, Rosliakov no le volvió a dirigir la palabra.
La joven expresó su solidaridad con los familiares de las víctimas, la mayoría de ellas estudiantes, y aseguró que le daba “mucha pena” lo ocurrido.
También lamentó la muerte de Rosliakov, que se suicidó tras cometer el ataque, pues, aseguró, era “un buen amigo”.
Los hechos ocurrieron ayer en el Instituto Politécnico de la ciudad crimea de Kerch, cuando el alumno del cuarto año de ese centro educativo abrió fuego de forma indiscriminada contra sus compañeros con un arma automática e hizo estallar una bomba casera en el edificio, tras quedarse sin munición.
El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó hoy que el ataque en Kerch fue “resultado de la globalización” y la escasez de “contenidos interesantes y útiles para los jóvenes” en internet y las redes sociales.
Recordó que “todo empezó” en Estados Unidos con los ataques armados perpetrados contra escuelas o universidades, en clara alusión a tragedias como la ocurrida en 1999 en la escuela secundaria de Columbine, donde dos jóvenes asesinaron a doce estudiantes y un profesor. EFE