Grupos de trabajos del sínodo de obispos sobre los jóvenes, hicieron llamados a favor de las mujeres, los homosexuales o las víctimas de abusos sexuales, según las minutas de sus trabajos publicadas el sábado por el Vaticano.
AFP
Desde principios de octubre unos 300 obispos y un centenar de expertos invitados debaten sobre los desafíos de la juventud en asamblea plenaria o en 15 de los grupos de trabajo creados para la ocasión, divididos por idiomas, cuyas minutas deben contribuir en la redacción de un texto final que tiene que adoptarse la próximas semana.
En medio de gran cantidad de consideraciones de corte más bien general sobre la manera de transmitir la fe a los jóvenes y de implicarlos en la Iglesia, los grupos de trabajo reclamaron –pero sin desarrollarlas realmente– propuestas de ese texto.
En estos grupos se hizo referencia a temas que generalmente son un tabú o simplemente se ignoran por los prelados.
Como por ejemplo sobre la sexualidad: un grupo francófono reclamó que la doctrina de la Iglesia sea “clarificada y actualizada”, los germanófonos piden “un debate serio con los jóvenes” sobre esas cuestiones.
Varios grupos pidieron una atención particular hacia los homosexuales.
“La Iglesia extiende su amor a absolutamente todo el mundo”, asegura un grupo anglófono. “Nadie debe sentir una falta de amor o de atención por su género, su estilo o su orientación sexual”.
E incluso si sólo un puñado de mujeres fueron invitadas al sínodo –sin derecho a voto sobre el documento final–, varios grupos evocan ese “machismo que perdura” en la Iglesia, como los expresó un grupo italohablante.
“Parece que aún no medimos que llegó el momento de que las mujeres y los hombres de la Iglesia sean considerados verdaderamente como iguales en materia de responsabilidad”, aseguró un grupo francófono, insistiendo en la necesidad “urgente” de “cambios profundos y radicales”.
Y aunque no estaban oficialmente en el programa, los escándalos de pedofilia ocupan un lugar esencial.
La Iglesia “debe tomar iniciativas visibles para enfrentar esos escándalos”, insistió un grupo anglófono. “No podemos regresar a casa sin la firme intención de lograr una mejoría en la prevención y cuidado de las víctimas”, agregaron los germanófonos.