El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología expuso en un boletín vulcanológico que los colosos de Fuego, Pacaya y Santiaguito registran una actividad débil.
Mientras el Pacaya, de tipo estromboliano, dejó ver por la noche un flujo de lava de 300 metros al oeste, también presentó una vibración interna (tremor), debido al avance de la lava; tanto Santiaguito como Fuego expulsaron fumarolas blanca y gris, respectivamente.
Santiaguito, expuso la entidad en su comunicado, observó una fumarola blanca “principalmente de vapor de agua a 400 metros”, además de explosiones débiles que lanzan ceniza a 3.000 metros sobre el nivel del mar, lo que generó que se produjeran avalanchas en el flanco oeste.
Por su parte, Fuego tenía de 10 a 14 explosiones débiles por hora, que han generado columnas de ceniza a una altura aproximada de 4.500 metros sobre el nivel del mar, la cual se dispersa a una distancia de 12 kilómetros en dirección oeste y suroccidental.
La ceniza del volcán de Fuego cayó sobre las aldeas de Panamiche, Morelia, Santa Sofía, Sangre de Cristo, Palo Verde y San Pedro Yepocapa y también se registraron “pulsos incandescentes y avalanchas de bloques en las barrancas El Jute, Las Lajas y Ceniza”.
Las lluvias, añadió el instituto, “pueden generar lahares en los volcanes Santiaguito y Fuego”, por lo que solicitó a protección civil mantenerse alerta de la situación volcánica y sugirió prohibir el ascenso al cráter del Pacaya.
Estos tres volcanes son los más activos de los 22 totales con los que cuenta Guatemala en sus 108.889 kilómetros cuadrados.
El pasado 3 de junio, el volcán de Fuego, de 3.763 metros de altura, registró una violenta erupción, la más fuerte de los últimos años, que hasta ahora ha dejado al menos 190 muertos, 238 desaparecidos y casi 2 millones de personas afectadas, algunas de las cuales lo han perdido todo.
EFE