Uruguay aprobó en 2013 una inédita ley que regula el acceso a la marihuana recreativa como forma de combatir el tráfico, y comienza a debatir el uso medicinal de la planta en medio de críticas de sus promotores por la lentitud del proceso.
“Tenemos una ley que se hizo para sacar del mercado negro lo recreativo, y ahora tenemos un mercado no regulado del cannabis medicinal”, expresó la médica especialista en cannabis medicinal Julia Galzerano, durante un seminario en el Congreso este miércoles.
En julio de 2017, Uruguay terminó de poner en práctica su ley de regulación del cannabis, que permite tres formas de acceder a la droga para uso recreativo: el autocultivo o cultivo doméstico con hasta seis plantas por persona; el cultivo cooperativo en clubes, y la compra de la marihuana producida por empresas privadas controladas por el Estado y distribuida en farmacias.
Sin embargo, el consumo de derivados del cannabis con fines medicinales se concentra en un mercado no regulado.
Si bien hay un decreto que habilita el uso de cannabis medicinal, el acceso está limitado en número de medicamentos disponibles (dos importados y dos de origen nacional), y también por el elevado precio de los tratamientos así como la complejidad de los trámites de importación en el caso de los productos que vienen del exterior, explicó la especialista.
Los promotores del uso medicinal del cannabis quieren que “esté accesible para quienes lo precisan” independientemente de su capacidad económica, defendió Galzerano.
En Uruguay se consiguen fácilmente productos para uso medicinal o estético elaborados sin fiscalización sanitaria.
El sociólogo Sebastián Aguiar, del grupo de estudio Monitor Cannabis, señaló que 90% de la población uruguaya está a favor de la regulación del cannabis con fines medicinales. El dato es de 2017 y se basa en una encuesta sobre 2.181 consultados en todo el país, que tiene 3,5 millones de habitantes.
En tanto el penalista Diego Silva, opinó que “no hay una política de Estado con relación al cannabis” y “los temas vinculados al cannabis navegan en las oscuras aguas de la burocracia” estatal, lo que, según este especialista que disertó sobre “Cannabis y libertades ciudadanas”, explica la falta de avances en la regulación del uso medicinal de la planta y sus sustancias derivadas.
A mediados de octubre, tras casi un siglo de prohibición, Canadá se convirtió en el segundo país del mundo, después de Uruguay, en legalizar la marihuana recreativa.
AFP