A principios de 1945, el submarino alemán U-864 partió para Japón, pero fue torpedeado por otro submarino, el británico HMS Venturer. Todos los tripulantes murieron en el episodio que pasó a la historia por ser la primera vez que un submarino hundía a otro mientras ambos estaban bajo el agua.
Por Infobae
Desde entonces, el U-864 ha permanecido a casi 150 metros bajo la superficie, a poco más de tres kilómetros de Fedje, una isla noruega de 600 personas.
Pero en la nave no había sólo gente, se trataba de un submarino de carga que llevaba mercurio, plomo, acero y otros materiales de guerra peligrosísimos para el medio ambiente. De hecho, los documentos de la época indican que su carga incluía entre 65 y 70 toneladas de mercurio almacenado en recipientes de acero.
Recién en 2003 Noruega descubrió que el U-864 estaba hundido allí. Lo localizó y descubrió que se había dividido en dos secciones grandes (proa y popa), además de una gran cantidad de restos más pequeños de las naves intermedias.
Ahora, intenta enterrar el submarino para sellarlo. Sin embargo, los ambientalistas dicen que los esfuerzos no son suficientes. Temen que el naufragio, descrito como un “Chernobyl acuático”, filtre 60 toneladas en las próximas décadas aun después de enterrado y advierten que, incluso en cantidades bajas, el mercurio representa un peligro para las personas que comen pescado contaminado.
Los activistas querían que el submarino fuera llevado a tierra, pero las autoridades dicen que es demasiado arriesgado ya que los botes podrían romperse en el traslado.
La operación de entierro, que se espera que cueste USD 32 millones, comenzará el próximo año y finalizará en 2020.
Como medida preventiva, y porque se confirmó que el U-864 está filtrando mercurio de manera lenta pero continuada, la pesca ya fue prohibida en la zona.
Se suponía que el U-864 sería la vanguardia de la “Operación César”, la estrategia trunca de los alemanes para reforzar a sus aliados japoneses. La nave abandonó el puerto de Kiel el 5 de diciembre de 1944, pero su casco resultó dañado y el capitán buscó refugio en los corrales submarinos de Noruega.
Sin embargo, su plan fue descubierto por la inteligencia británica que envió el poderoso HMS Venturer para enfrentarlo. Así, el 9 de febrero de 1945, después de una persecución que duró varias horas, los británicos dispararon cuatro torpedos y el último dio en el blanco, hundiendo el U-864 y matando a los 73 miembros de la tripulación.