La embajadora saliente de Estados Unidos en Managua, Laura Dogu, criticó hoy a las universidades, al sistema de salud y a la Policía Nacional de Nicaragua, ante la crisis sociopolítica que vive este país y que ha dejado cientos de muertos desde abril pasado.
En un discurso de despedida ante miembros de la Cámara de Comercio Americana en Nicaragua (Amcham), en Managua, la diplomática advirtió que este país centroamericano está perdiendo, una vez más, “a toda una generación” de jóvenes que se han visto obligados a exiliarse, “o han sido encarcelados o asesinados por su propio gobierno” en el marco de la crisis.
“Las universidades de Nicaragua se han convertido en plataformas de propaganda política en lugar de ser centros de preparación para el futuro”, señaló la embajadora estadounidense.
“El sistema de salud ha sido utilizado como un arma de guerra en lugar de una herramienta para garantizar el bienestar de la población y su preparación para encarar futuras oportunidades”, continuó.
En tanto, agregó Dogu, “la fuerza policial ahora aterroriza en lugar de proteger y ha perdido toda credibilidad ante la población”.
Asimismo, observó que muchas empresas han cerrado en Nicaragua y que miles de hectáreas de propiedades privadas han sido tomadas de forma ilegal, “y el pronóstico económico indica que ya se está dando una gran contracción después de 10 años de crecimiento continuo”.
Para la embajadora Dogu, el pueblo de Nicaragua tendrá que ser persistente y paciente, “porque no hay una solución rápida” a la actual crisis.
Nicaragua vive desde abril una crisis social y política que ha generado protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega y un saldo de entre 325 y 528 muertos, según organismos de Derechos Humanos locales y extranjeros, mientras que el Ejecutivo cifra en 199 los fallecidos.
Al respecto, la diplomática expresó su preocupación “por los muchos que han sido arrestados tan injustamente y los muchos que se han visto obligados a dejar a sus familias e irse del país” en medio de la crisis.
“También lamento las muchas vidas perdidas en estos últimos meses. Nunca los conocí personalmente pero sentí la pérdida de cada uno de ellos. Ellos representan lo mejor de la Nicaragua que amo y que tristemente, ahora tengo que dejar”, apuntó.
Asimismo, ofreció sus condolencias personales a sus familiares y amigos y que espera que tengan la oportunidad de vivir su luto en paz.
La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han responsabilizado al Gobierno de “más de 300 muertos”, así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los Derechos Humanos.
El presidente Ortega ha negado las acusaciones y ha asegurado que se trata de un intento de “golpe de Estado”.
Las manifestaciones contra Ortega comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder.
EFE