La repatriación de los más de 700.000 refugiados de la minoría rohinyá que huyeron de la violencia en Birmania (Myanmar) a Bangladesh en agosto del año pasado comenzará a mediados de noviembre, anunciaron hoy las autoridades de ambos países tras un acuerdo.
“Esperamos que el inicio de la repatriación comience a mediados de noviembre. Ese será el primer grupo”, afirmó en una rueda de prensa en Dacca el secretario de Asuntos Exteriores de Bangladesh, Shahidul Haque, al término de una reunión con las autoridades birmanas en el Grupo de Trabajo conjunto para la Repatriación de los rohinyás.
El anuncio llega casi un año después de que ambos países firmaran el 23 de noviembre de 2017 un acuerdo para el regreso de los miembros de esa comunidad musulmana, que llegaron desde el 25 de agosto a Bangladesh huyendo de una violencia que según expertos de la ONU podría constituir un “genocidio intencional”.
Haque dijo que funcionarios bangladesíes y birmanos visitarán mañana Cox’s Bazar, donde se concentran la mayor parte de los refugiados, para “intentar alentar” a los rohinyás a “volver de forma segura”.
“La vuelta siempre es compleja, un proceso difícil. Pero si todo el mundo tiene voluntad política, es posible llevar esto a un final fructífero. Hoy, tenemos la impresión de que ambas partes disponen de una fuerte voluntad política”, sintetizó el secretario de Exteriores.
El pasado septiembre, las autoridades bangladesíes llamaron a la comunidad internacional a presionar a Birmania para abordar la raíz del problema y proteger los derechos básicos de los rohinyás.
Por el momento, está activo un proceso de verificación de los refugiados para confirmar que son elegibles para la repatriación, pero hasta el 8 de octubre solo se ha comprobado la identidad de algo más de 16.000 personas, según el último informe del Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU.
Por su parte, el viceministro de Exteriores birmano, Myint Thu, aseguró que las autoridades de su país han puesto en marcha medidas para que los refugiados tengan un retorno seguro al estado de Rakáin, donde se concentra la población rohinyá y donde el Ejército lanzó en agosto de 2017 una campaña contra ellos.
Thu defendió, sin mencionar directamente durante su intervención la palabra rohinyá, que Birmania ha desarrollado programas para “concienciar sobre la repatriación entre los retornados” y puesto en marcha políticas públicas “que incluyen al personal de la Policía junto con las comunidades locales para mantener y promover la ley y el orden”.
La relatora de la ONU para los derechos humanos en Birmania, Yanghee Lee, había advertido el pasado julio en Dacca de que la repatriación de los más de 700.000 rohinyás se demorará, ya que no se dan las condiciones propicias para el retorno.
Además, un mes después, expertos de la ONU señalaron que hay evidencias de “genocidio intencional” y crímenes contra la humanidad “perpetrados a gran escala” en relación a la campaña contra los rohinyás.
El Gobierno birmano rechazó con rotundidad el informe. EFE