Jesús Peñalver: Tal cual lo expresó

Jesús Peñalver: Tal cual lo expresó

Jesús Peñalver @jpenalver

Ha muerto Teodoro Petkoff (1932-2018). Con su partida se apaga otra voz, sin ver el final de esta pesadilla, aunque desde su lugar (varios fueron sus sitios de lucha) no dejó de hacer lo necesario para que terminara esta pena que padecemos los venezolanos desde hace veinte tortuosos años.

No conforme con arremeter contra él de todas las maneras posibles: salidas de diarios, restricciones de papel, juicios, prohibición de salida del país, entre otras tantas tretas y trastadas del régimen, jueces, fiscales y médicos chavistas, de consuno para declarar a Teodoro Petkoff -sin proceso legal alguno- incapaz o entredicho, confabulados todos para disminuir su capacidad jurídica como persona, limitándola a lo que aprobara un tutor.

La muerte civil decretada por la peste. Una capitis diminituo plena llamaban los romanos. Sin duda, otra desgracia del ch… abismo, de suyo imperdonable, haber decretado la muerte civil de Teodoro, usando argucias legales para callarlo, disminuirlo, coartando así sus libertades y derechos.





Teodoro ganó el premio Ortega y Gasset, y por tener prohibición de salida del país, el mismo Felipe González se lo trajo a su casa. Tal Cual. El político le habría dicho al exmandatario español: “no voy a recibirlo personalmente porque no puedo salir del país y yo no le voy a pedir permiso a Diosdado Cabello”.

Por mi parte releeré “Checoslovaquia, el socialismo como problema”, de su autoría. Allí el venezolano nacido en Maracaibo, y que hoy nos deja, marcó distancia con el comunismo, y dio un viraje a sus ideas y planteamientos políticos. Porque como él bien decía: “Sólo los tontos no cambian de opinión”. Conviene también leer -releer- La Dos Izquierdas, del mismo autor.

El coraje hay que usarlo en la lucha cívica contra las injusticias imperantes. Vocación democrática y devoción libertaria para seguir adelante. Como hizo Teodoro, un ciudadano Tal Cual, identificado como un hombre directo, nada complaciente ni sumiso ante el poder, y combativo. Que no quede duda, hasta su muerte fue crítico de aquel desquiciado milico golpista, y de su sucesor, Nicolás Maduro.

De Teodoro había dicho García Márquez: “Sólo hay dos cosas que le causan miedo, que son las matemáticas y la tribuna de los discursos, pero en ambos casos lo domina muy bien. En cambio no le tiene miedo al tiempo, y eso es tal vez lo que mejor define su vida: le alcanzará para todo”.

En esta hora extiendo mi abrazo a Elías Pino Iturrieta, Boris Muñoz, Ezequiel Borges, Tulio Hernández, Laureano Márquez, Fernando Rodríguez y a otros tantos más que sé han sentido la partida del amigo, del colega, del maestro.

Jesús Peñalver