La Habana será el primer destino de la nueva línea de cruceros de Virgin Voyages, cuyo barco “Scarlet Lady”, que se construye en un astillero italiano y tendrá capacidad para 2.700 pasajeros y 1.150 tripulantes, se convertirá en el 2020 en la embarcación más grande en recalar en la capital cubana.
El proyecto fue presentado hoy por ejecutivos de la firma turística -con sede en el estado estadounidense de Florida- y representantes del Gobierno cubano en la Feria Internacional de La Habana (FIHAV), que celebra desde el lunes su 36 edición y está considerada la mayor bolsa comercial y de inversiones de la isla.
El presidente de Virgin Voyages, Tom McAlpin, citado por medios estatales, explicó que se eligió esta ciudad en respuesta al deseo de los pasajeros de viajar a “un sitio diferente” y “no explorado, que brinde experiencias transformadoras” y con “gente increíble y una cultura e historia extensas”.
A la vez que se realizaba la presentación en la FIHAV, el fundador del grupo, Richard Branson, también divulgó el proyecto con un vídeo en sus redes sociales.
Cuando empiece a operar dentro de dos años, la embarcación tiene previsto incluir en sus itinerarios al menos una noche de atraque en el puerto de La Habana.
La multinacional de Branson ya opera en Cuba desde hace años como turoperador para el mercado británico y a través de su aerolínea Virgin Atlantic, que vuela a la capital de la isla, destacó por su parte el ministro cubano de Turismo, Manuel Marrero.
El funcionario destacó que Virgin se dirige a un mercado de “alto valor adquisitivo”, interesado sobre todo en la cultura, historia y patrimonio, recogió la web oficial Cubadebate.
Además, alabó la iniciativa de la compañía frente a las restricciones que impone el embargo comercial y financiero que EE.UU. mantiene sobre Cuba, y que impide que los ciudadanos de ese país visiten Cuba como turistas, aunque sí pueden hacerlo en viajes de intercambio educativo y cooperación, entre otras categorías.
Los cruceros estadounidenses que comenzaron a llegar a Cuba tras el “deshielo” diplomático iniciado por los dos países a finales del 2014 son precisamente la principal vía de llegada de viajeros del país vecino a la isla después de que el presidente Donald Trump frenara el acercamiento con La Habana comenzado por su antecesor en la Casa Blanca, Barack Obama.
Carnival, Royal Caribbean y Norwegian figuran entre las primeras empresas del sector que obtuvieron licencias para operar en el país caribeño tras la normalización de las relaciones bilaterales, y el primer crucero de Estados Unidos en viajar a Cuba en más de cincuenta años fue el Adonia de Carnival, que arribó el 1 de mayo del 2016.
Actualmente operan en Cuba 17 compañías de cruceros con 25 barcos, con un crecimiento del 28,6 % en el primer trimestre de este año, según datos del Ministerio del Turismo de la isla.
EFE