La ONG Prepara Familia denunció este viernes que al menos 19 niños venezolanos han muerto desde 2017 como consecuencia de las fallas en el servicio de nefrología del hospital pediátrico más importante del país, al tiempo que instó al Gobierno a retomar el programa de trasplantes, suspendido hace 17 meses.
“En el año 2017 tenemos 12 niños (muertos) y en el año 2018 ya han fallecido 3 niños dentro del servicio de nefrología y 4 fuera del servicio”, dijo a periodistas Katherine Martínez, directora de Prepara Familia, desde las afueras del Hospital de Niños JM de los Ríos, ubicado en Caracas.
Los familiares de los fallecidos el año pasado por causa de un brote infeccioso, y los de otros 20 niños que reciben tratamiento de diálisis, realizaron una pequeña protesta y recordaron que la CIDH dictó medidas cautelares sobre este centro asistencial, que obliga al Estado a garantizar el acceso a los medicamentos requeridos.
Martínez señaló hoy que Prepara Familia solicitó a la CIDH que extienda las medidas cautelares a 13 áreas más de este hospital, que cuenta con solo 10 máquinas de hemodiálisis y la única del país para niños con peso menor a los 10 kilos.
Con todo, dijo que los familiares no conocen “cuándo se van a realizar estas modificaciones que necesita el servicio (de nefrología), cuándo va a comenzar el suministro regular de medicinas” y que por eso alzan “la voz una vez más”.
“El Estado tiene muchas obligaciones, tiene que respetar el derecho a la vida, el derecho a la salud de estos niños”, añadió.
En tal sentido, pidió que el programa de procura de trasplantes -paralizado desde hace 17 meses- sea reactivado.
“No puede ser que los niños continúen desde hace 17 meses amarrados a las máquinas sin ninguna salida, como la salida del trasplante. Mientras nosotros tengamos suspendido el programa de procura de órganos, esta situación va a continuar”, dijo al remarcar que “hay una lista importante” de niños esperando riñones.
Erick Bandres, padre de un niño que aguarda por un trasplante, dijo a periodistas que tras 9 años de espera siente que va “caminando hacia un hueco” y pidió la reactivación del programa.
“Él es mi único hijo y no lo quiero perder, es un niño que me da la fuerza para que yo luche por él todos los días”, dijo conmovido hasta las lágrimas.
Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo en el planeta, atraviesa una severa crisis económica que se expresa en desabastecimiento e hiperinflación, motivos que han llevado a opositores y diversas ONG a pedir la apertura de un canal humanitario para el ingreso de alimentos y medicinas.
Pero el Gobierno de Nicolás Maduro rechaza esta petición, al señalar que podría ser la puerta para una invasión armada.
Hoy Bandres lamentó este rechazo, e instó al Gobierno venezolano a garantizar la vida de todos los niños afectados por enfermedades renales.
EFE