Las autoridades indonesias revelaron hoy que el avión de la aerolínea de bajo coste Lion Air que se estrelló con 189 ocupantes hace una semana en el mar de Java impactó a gran velocidad contra el agua y quedó destrozado en pequeños fragmentos.
El director del Comité Nacional para la Seguridad en el Transporte (KNKT), Soerjanto Tjahjono, señaló que el estado de los restos del avión encontrados confirman que el motor seguía funcionando a elevada velocidad en el momento del accidente, que no dejo supervivientes.
“La velocidad de descenso del avión fue lo suficientemente alta como para liberar una gran energía. Esto es lo que causó que se rompiese en pequeños fragmentos”, dijo Soerjanto en una reunión de las autoridades con los familiares de las víctimas en un hotel de la capital esta mañana.
Por el momento, solo se han encontrado partes pequeñas del aparato, asientos, las ruedas y una de las turbinas, pero no partes grandes de la cabina, en la zona del mar de Java cercana al cabo Karawang donde ocurrió la tragedia.
Durante la reunión hoy, varios de los familiares pidieron a los representantes institucionales que actúen con firmeza contra Lion Air y han protestado por la falta de información sobre los avances en la investigación del siniestro.
“Tengo dos nietos. Uno tiene 1 año y otro 4 años, eran pasajeros (del avión accidentado). Por favor ayudadnos. Suplico a Lion Air que no lo haga difícil para nosotros. solo somos gente de un pueblo pequeño, estamos cansados de los obstáculos administrativos”, rogó una mujer durante la reunión.
El Boeing 737 Max 8 de la aerolínea nacional de bajo coste Lion Air perdió el contacto con la torre de control el 29 de octubre a los 13 minutos de despegar de Yakarta hacia una isla vecina, después de que el piloto solicitase regresar al aeródromo de la capital.
La investigación sobre el accidente se centra ahora en las más de 69 horas con datos de vuelo registradas en una de las cajas negras que fue encontrada el jueves y que permitirá publicar un informe preliminar en menos de un mes.
Sin embargo, más de 150 buzos y un sonar submarino por control remoto todavía buscan el dispositivo que registra las conversaciones entre los pilotos.
Además, 137 bolsas mortuorias con los restos de las víctimas han sido llevados al tanatorio del hospital de la Policía Nacional en Yakarta, donde permitieron identificar a 14 de los fallecidos gracias al ADN que entregaron los familiares y otros métodos. EFE