El gerente del Plan Fronteras, Felipe Muñoz, reveló los pasos que está dando el Gobierno para insertar a la población migrante de venezolanos que ingresan al país en el sistema productivo, publica El Tiempo.
En el programa Mejor Hablemos, con Claudia Palacios, aseguró que el gobierno del presidente Iván Duque no será inferior al reto humanitario, a pesar de que los recursos disponibles representan apenas el 10 por ciento de lo que se necesita.
¿Para Colombia la migración venezolana es un problema o una oportunidad?
Hay que volverla una oportunidad, y para ello necesitamos integrar muy rápidamente a este volumen de inmigrantes al proceso productivo, poderlos identificar, regularizar, y es en eso en lo que estamos avanzando.
Pero eso depende de muchas cosas ¿Qué tan bien lo estamos haciendo?
Colombia lo está haciendo bien. Así lo han reconocido todas las agencias internacionales. Lo primero que se hizo fue una atención humanitaria. Estamos pasando a una segunda etapa, de regularización migratoria. En este diciembre tendremos ya a 626.000 personas con un permiso especial de permanencia en el país. Eso significa que pueden tener acceso a salud, educación y que pueden trabajar.
¿Esa cifra a quiénes incluye?
Son 180.000 que tenían pasaporte y 440.000 incluidos en un censo. Además tenemos dos grupos adicionales. Uno que tienen pasaporte sellado y que puede permanecer en Colombia; y unos 80.000 que tienen visa o cédula de extranjería. Esto da un total de más de 800.000 ciudadanos venezolanos de manera regular en Colombia, más unos 200.000 que están en forma irregular.
Esto quiere decir que ya Colombia superó el millón de venezolanos en el país de manera permanente. Sin contar los que están en tránsito, que suman más de 700.000 en lo corrido de este año, y más de 300.000 retornados colombianos. También tenemos la migración pendular, los que salen y entra de la frontera todo el día, que son más o menos 40.000 personas.
¿Por qué las personas que están como irregulares no pueden acceder a ese permiso?
Esa es una discusión permanente en el Gobierno. Por lo pronto se ha solicitado a Migración Colombia que evalúe nuevas medidas de flexibilidad migratoria en cuatro sentidos: a quienes tienen pasaporte y se les vence, pues la mayoría ellos tiene dificultades para renovar el documento. También se estudia cómo mejorar las condiciones de quienes están pendulares, y mecanismos para proteger a los que están en tránsito. Todo se está valorando.
Incluso, aumentar la temporalidad del permiso, que hoy es de dos años, o volverlo permanente. En la medida que tengamos a la población regularizada es más fácil para el Estado la producción de servicios.
¿Legalizar a todo venezolano que va llegando no incentiva que vengan más?
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Francamente creo que en este fenómeno de Venezuela, ese efecto no existe. Según lo que nos dicen los migrantes, el sistema de salud allá está completamente colapsado. En Colombia se han puesto más de 500.000 vacunas en año y medio, el paós ha atendido en este año más de 130.000 urgencias de venezolanos en los hospitales públicos. Solo en Norte de Santander ha habido más de 2.500 partos de venezolanas. Esto hay que seguirlo haciendo de manera organizada. Por eso necesitamos identificarlos y establecer en qué condiciones están.
¿Qué va a pasar con esos niños si en Colombia no se da la nacionalidad por nacimiento? ¿Son apátridas?
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Entendiendo esta circunstancia constitucional, que dice que es nacional quien es hijo de padre y madre colombiano aquí o en el exterior, Colombia no patrocina el llamado tema de los apátridas. Lo que ha hecho Colombia es darles el derecho a la identificación.
Se les expide un certificado de nacido vivo, un registro civil que dice que no computa para nacionalidad y el acceso a salud. La nacionalidad la deben tramitar en los consulados ante las autoridades venezolanas. Sin embargo, eso también lo estamos evaluando. La gente tiene miedo de acudir a los consulados. Avisan en Venezuela y pierden sus viviendas y otros beneficios que el gobierno del vecino país les da.
¿Cómo se asume el reto de la estigmatización, de quienes ven a los migrantes como amenaza?
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Esta estrategia no es solo para los venezolanos. También lo es para las comunidades receptoras. Es un proceso difícil para todos y tenemos que hacer un esfuerzo inmenso. Debemos hacer entender que hoy estamos pagando una responsabilidad histórica. Ayudar a los venezolanos es un imperativo ético y una decisión política que entre todos debemos abordar.
¿Se ha evaluado el capital humano?
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Se está avanzando en la creación de una bolsa de empleo en la que se va a evaluar la capacidad de estas personas. La última cosecha de café fue recogida por venezolanos. Tenemos médicos que necesitamos en sitios donde no se consiguen especialistas como Arauca o La Guajira.
Tenemos que aprovechar ese capital humano con grandes capacidades. No olvidemos que Venezuela tenía más PhD que Colombia hace unos 15 años, había universidades de excelente calidad.
No perdamos la película, por lo que está pasando ahora, del gran país que fue Venezuela y las capacidades que tuvo. Todos no van a entrar al mercado laboral formal, pero necesitamos elaborar mecanismos para que entren rápido al sistema.
¿Cuánta plata se necesita para cumplir sus objetivos y cuánta plata hay?
Hay mucha menos plata de la que realmente se necesita. Probablemente, un 10 por ciento. El dato final lo está afinando el Consejo de Política Social y Económica (Conpes).
¿Falta un 90 por ciento?
Falta mucha plata si usted quisiera hacer un cubrimiento total del proceso. Pero lo importante es mirar cuales pueden ser las fuentes y por eso el presidente Iván Duque y el canciller Carlos Holmes Trujillo han definido que hay que salir a la comunidad internacional a conseguir recursos.