El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este miércoles sentirse el “trofeo” de la operación anticorrupción Lava Jato, por la que cumple una pena de más de 12 años de prisión, durante un interrogatorio judicial que supuso su primera salida de la prisión de Curitiba (sur), donde ingresó en abril.
“Yo me considero un trofeo, yo era un trofeo que la Lava Jato precisaba entregar. No sé por qué no les gusto, pero yo era un trofeo que necesitaban entregar”, afirmó el exmandatario en la audiencia que se extendió casi tres horas en la sede de la Justicia Federal de Paraná.
El patriarca de la izquierda brasileña, de 73 años, dejó por primera vez el edificio de la Policía Federal en Curitiba para responder al interrogatorio conducido por la jueza Gabriela Hardt, quien comanda provisionalmente la operación anticorrupción “Lava Jato” en sustitución de Sergio Moro, futuro ministro de Justicia del presidente electo Jair Bolsonaro.
El popular magistrado, convertido en enemigo frontal del expresidente, fue quien decretó su ingreso en prisión desde el pasado 7 de abril, cuando comenzó a cumplir una pena 12 años y un mes de por corrupción pasiva y lavado de dinero.
En este nuevo proceso, el expresidente (2003-2010) también responde a las mismas acusaciones, esta vez por haber facilitado supuestamente a las constructoras OAS y Odebrecht contratos con la estatal Petrobras a cambio de obras en una hacienda en Atibaia, interior de Sao Paulo.
En ambos casos, Lula se declara inocente y asegura que los procesos forman parte de un complot en su contra.
Durante el interrogatorio, cuyos videos fueron publicados después por la Justicia, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) negó ser dueño de la hacienda y tener conocimiento de las obras realizadas.
“La hacienda no era mía y yo no tenía obligación de preguntar ni de saber”, repitió en varias oportunidades.
El interrogatorio fue más corto y menos tenso que el protagonizado en mayo del año pasado con Moro, aunque no estuvo exento de momentos difíciles.
Al comienzo de la sesión, Lula y la jueza Hardt discutieron brevemente cuando el expresidente cuestionaba si la justicia lo consideraba dueño de la hacienda. La magistrada dijo que la acusación no versaba sobre la propiedad y frenó los intentos de argumentación de Lula advirtiendo que el interrogatorio estaba a su cargo.
“Si usted va a comenzar en ese tono conmigo, vamos a tener problemas”, aseguró.
– Humor –
Lula también se dijo “cansado de mentiras”, y en varios momentos lanzó sus dardos contra una presentación de powerpoint mostrada en una rueda de prensa de la investigación, en la que uno de los fiscales de la megaoperación mostraba varios cuadros indicando crímenes direccionados hacia el expresidente.
“Cuando vi el powerpoint le dije al PT que si fuese presidente del partido pediría para que todos los miembros de Brasil entero demandaran al Ministerio Público para que probase ese powerpoint”, dijo.
Hardt reaccionó calificando la intervención de “intimidación”.
Más delgado pero con buen semblante, Lula también mostró momentos de buen humor. Consultado sobre si la hacienda pasó por reformas durante la Copa Brasil-2014, el expresidente dijo no estar al corriente y acotó que “quien estaba pasando por reformas en esa Copa era la Seleçao”.
Luego, cuando uno de los presentes se disculpó por tener que abandonar antes la audiencia, el expresidente dijo: “¿No me quieres llevar contigo?”, levantando risas en la sala.
– Sin contacto –
Lula llegó a la sede de la Justicia Federal a las 13H40 locales. Un fuerte operativo de seguridad acompañó la caravana de vehículos que salió de la Policía Federal, frente a la cual decenas de militantes cantaban y enarbolaban banderas en su apoyo.
El convoy abandonó el edificio por un portón trasero. “Sabíamos que no le iban a dar el gusto a Lula de vernos, pero igual le mandamos ánimos, para que sienta nuestra compañía”, dijo Susi Montserrate, en la vigilia que se instaló en un terreno vecino desde que Lula fue detenido.
Por la mañana, el exmandatario recibió a sus abogados y a Fernando Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en las presidenciales de octubre, en las que resultó electo el ultraderechista Bolsonaro con 55% de los votos.
Diputados y senadores del PT acompañaron la manifestación, así como la de grupos más nutridos de personas que se movilizaron hasta el edificio donde Lula fue interrogado.
“Teníamos mucha expectativa de verlo. Hace 222 días que está preso”, dijo Regina Cruz, dirigente sindical, apostada al frente del poder judicial.
Terminado el interrogatorio, a las 18H00 locales, el expresidente regresó bajo el mismo operativo a la Policía Federal.
Según analistas, no es previsible una definición en la justicia por este caso antes de enero. Otros cuatro casos pesan sobre el popular líder.
AFP