Gustavo Linares Benzo expresa sin tapujos su opinión sobre el “rubicón” político del 10 de enero de 2019, que se puede resumir así: el presidente Nicolás Maduro cesa su mandato formalmente, por lo que habría una falta absoluta en la presidencia de la República; la Primera Magistratura la debe asumir el presidente de la Asamblea Nacional (AN) y se realizarían comicios presidenciales en el lapso de los 30 días siguientes. Así lo reseña contrapunto.com
Por Vanessa Davies/ vanessa@contrapunto.com
“A partir del 10 de enero hay sólidas razones para decir que Maduro, jurídicamente, no es presidente, que es un gobierno de facto”, asevera el abogado y profesor universitario.
Sin embargo, estima que, si el jefe del Estado prosigue su gestión, los gobiernos que no reconocen los comicios del 20 de mayo no le van a colgar el teléfono, aunque la decisión de seguir ejerciendo la Primera Magistratura sería “un golpe a la legitimidad de Maduro muy importante”.
Linares Benzo conversó con Contrapunto en el contexto del foro “10 de enero de 2019: legitimidad versus ilegitimidad”, organizado por el Proyecto Entendimiento Nacional de la UCV y celebrado el martes 13 de noviembre en la ucevista Sala Francisco de Miranda.
—¿Según su visión jurídica no hay presidente el 10 de enero?
—Correcto. Hay que partir de la premisa de que las elecciones del 20 de mayo de 2018 son nulas. Pero si se entiende que son válidas, claro que hay presidente electo, que es lo que Maduro, y estoy seguro de que también la Sala Constitucional del TSJ, van a decir.
“Son nulas”, argumenta Linares Benzo, porque las convocó la asamblea constituyente, que no fue activada mediante referéndum. “Todo lo que toca la asamblea constituyente lo pudre”, riposta. Pero también porque no se cumplió con la premisa de las fechas y con que la convocatoria debe hacerla un ente imparcial”, dice.
Los comicios presidenciales del 20 de mayo “fueron convocados por un ente político” y casi nueve meses antes, lo que violenta las propias decisiones del TSJ sobre esta materia (las elecciones deben materializarse lo más cerca posible del fin del año).
Pone el ejemplo de dos casos de este ciclo político, sobre los cuales el máximo tribunal se pronunció: lo que resolvió el TSJ sobre el presidente Hugo Chávez luego de ser reelecto en 2012, que consideró que no había falta absoluta el 10 de enero de 2013 pese a su ausencia. Y el del hoy exgobernador de Amazonas, Liborio Guarulla, porque un dictamen del TSJ determinó que a falta de gobernador electo, Guarulla debía continuar debido a que no hay norma que diga lo contrario. “En este caso (el de Maduro) sí hay norma” que ratifique lo contrario, que es la Constitución Nacional.
Nulas, ganara quien ganara
Con base en estos razonamientos “si las elecciones no son válidas, Maduro no es presidente electo, y es presidente hasta el 10 de enero de 2019”, concluye Linares Benzo. Según la Constitución, le tocaría al presidente del Poder Legislativo asumir la Primera Magistratura “y convocar elecciones en 30 días”.
—Pero hubo factores políticos que participaron en el proceso electoral del 20 de mayo. ¿Esos factores no validan el proceso electoral?
—Las nulidades absolutas no son convalidables por las partes. Aunque todo el mundo hubiese validado las elecciones del 20 de mayo, siguen siendo nulas.
—¿Y si hubiese ganado la oposición?
—Si hubiese ganado la oposición también serían nulas. Este no puede ser un argumento del derrotado.
—No hay un pronunciamiento del TSJ sobre lo que debe suceder a partir de este momento. ¿Debe el TSJ pronunciarse?
—-Se va a pronunciar. Alguien va a meter un recurso de interpretación y el TSJ tiene una salida muy sencilla, que es decir que las elecciones son válidas. Si las elecciones son válidas, Maduro ya fue reelecto y tomará posesión el 10 de enero. Eso seguro lo va a decir, porque la Sala Constitucional es muy oportuna a favor de los intereses del Gobierno. Hay un problema con la jurisprudencia de la Sala Constitucional, que es el argumento estadístico: desde el año 2004 la Sala Constitucional y el TSJ han dictado 60.000 sentencias, y el Gobierno no ha perdido ni una.
—Lo que va a venir, entonces, ¿es qué…?
—Aunque la jurisprudencia diga lo contrario el TSJ va a tener que contradecirse y decir que eso no aplica para que Maduro sea electo.
—Con base en ese razonamiento legal, ¿Maduro sigue siendo presidente ahora?
—Claro, sin duda. La legitimidad del presidente no es un concepto jurídico. Los gobiernos solo tienen que ser populares un día: el día de las elecciones, porque si el gobierno baja 50% de popularidad se va, entonces ¿quién gobierna? Con las elecciones se escoge el presidente y la sociedad tiene que calárselo. Por eso el referéndum revocatorio es un paliativo.
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