Meta estos elementos en un coctel. El enfriamiento económico global. La sobre oferta. Caída de la demanda. La guerra comercial. Y hasta el caso Khashogui que tensa las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita. Meta más: que no hay acuerdo automático entre Rusia y Arabia Saudita para aumentar la oferta. Que Vladimir Putin se siente cómodo con un precio que ronde los 70 dólares. Meta que Estados Unidos ha dejado abierta una ventana para que Irán venda petróleo a clientes específicos. Y que Donald Trump quiere precios más bajos y se opone a un recorte de la producción por parte de Arabia Saudita y la OPEP. Así lo reseña konzapata.com
Por Juan Carlos Zapata @periodistajcz
Todo está afectando los precios del petróleo. Que ya alcanzaron el tope de los 80 dólares por barril pero que amenazan con caer hasta niveles de los 60 y menos. De hecho, en mes y medio se han desplomado 22%, lo cual no es un porcentaje para echar a un lado. Los pronósticos de la OPEP es que la demanda bajará en 2019.
Ese es el coctel del mundo. De los grandes productores. Y de los consumidores. El de Venezuela incluye otros ingredientes. Caída de la producción de PDVSA a 1,1 millones de barriles por día. Deuda de PDVSA. Crisis operativa en PDVSA. Demandas contra PDVSA. Fuga de personal. Robo en instalaciones. Falta de mística. Problemas con los socios y aliados.
Ese es el coctel del mundo global. Y el de PDVSA. Pero el del gobierno de Nicolás Maduro incluye a los dos y a la política económica. Al paquetazo que no solucionó la crisis de economía. Que más bien profundizó la crisis. El coctel de Maduro incluye al nuevo precio del petróleo. Que cae. Que caerá. Con lo que se le presenta otro problema. Menor producción y menores precios del petróleo. Porqie no se cumplió la promesa del presidente de PDVSA, Manuel Quevedo, de que iba a recuperar la producción. Así que la ecuación se voltea. Maduro no aprovechó los precios altos porque la producción petrolera iba en caída. Y el nuevo escenario es de producción más baja y precios más bajos. Esto es: menos ingresos, menos divisas, más crisis, más hiperinflación.
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