Hugo Rafael Chávez Frías popularizó una frase que todavía resuena en la cabeza de muchos venezolanos. “Ser rico es malo”, dijo. El comandante intergaláctico intentó convencer a sus miles de seguidores que lo peor que había en este mundo era ser millonario. Chávez le metió en el subconsciente a quienes creían en él, que lo mejor era ser pobre. El problema es que los hombres que estaban a su lado cuando el líder golpista dijo eso, no le estaban parando bolas.
Los escándalos de corrupción que han salido a la luz pública, sobre todo después que Chávez murió, han terminado por demostrar que en la Venezuela socialista, bolivariana y revolucionaria instaurada por el teniente coronel nacido en Sabaneta de Barinas desde 1999, de nada sirve ser inteligente, estudioso, formado, preparado, capacitado y educado. Los hechos demuestran que en la Venezuela actual si usted quiere ser multimillonario y garantizar el futuro de las próximas 100 generaciones de su familia, usted tiene que ser, preferiblemente, guardaespaldas.
En la Venezuela chavista, madurista, socialista, anti imperialista, socialista y revolucionaria, los médicos, ingenieros, bioanalistas, contadores públicos, arquitectos, periodistas, sociólogos y educadores tienen que irse del país a otras latitudes si quieren crecer y progresar. En esta dictadura militarista y pseudo revolucionaria los únicos que progresan y se hacen millonarios de la noche a la mañana son los guardaespaldas y los amigos del presidente.
Si no me creen, pregúntenle a Carlos Aguilera Borjas, Alejandro Andrade y Adrián José Velásquez Figueroa. Estos tres sujetos eran unos grandes “pelabolas” antes de 1999. No tenían ni dónde caerse muertos. Andaban con una mano adelante y otra atrás. Pero tan pronto como Chávez ganó la presidencia de la república en 1998 y se montó en el coroto, la vida les cambió para siempre.
Andrade, Borjas y Velásquez pasaron de ser tres simples guardaespaldas a convertirse en unos verdaderos potentados. Todo parece indicar que no sólo se encargaron de cuidarle las espaldas a Hugo Chávez. También cuidaban algo más.
Alejandro Andrade:
Su carrera como militar apenas le dio para convertirse en teniente del ejército. Participó en el golpe de estado del 4 de febrero de 1992, y en 1998 se convirtió en guardaespaldas de Chávez, acompañándolo en todas las giras que éste hizo a lo largo y ancho de Venezuela durante la campaña electoral de 1998. Ya dentro del círculo íntimo del presidente, se convirtió en su secretario privado. Luego fue nombrado tesorero nacional (2007-2010) y presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (2008-2010).
Andrade se convirtió en el “hijo adoptivo” de Chávez cuando el entonces líder de la Revolución Bolivariana casi le saca el ojo derecho mientras jugaban “chapita” — un popular juego parecido al béisbol, que se practica en las barriadas populares de Venezuela pero en el que se utilizan las tapas de las botellas de refresco y un palo de escoba—. El hecho ocurrió en el patio trasero del palacio de Miraflores.
Testigos presenciales del hecho dijeron que Andrade se lastimó el ojo derecho y tuvieron que reemplazárselo por uno de vidrio. Chávez se sintió culpable por el accidente y comenzó a mostrar cierta preferencia por Andrade durante los años que estuvo en el poder. El comandante dio a Andrade los cargos más apetecidos de la administración pública y lo dejó manejar los dineros de todos los venezolanos cómo le diera la gana.
Aquel incidente le costó a Venezuela más de mil millones de dólares. Según el Departamento de Justicia de EEUU, el teniente Andrade reconoció haber recibido unos US$1.000 millones de dólares en sobornos a cambio de usar su puesto como tesorero nacional del país para beneficiar y permitir todo tipo de prácticas corruptas.
Tras haber ocupado importantes cargos en el gobierno de Chávez, Andrade decidió residenciarse en EEUU. En 2012 compró una residencia de más de 830 metros cuadrados y cinco habitaciones, pisos de mármol, piscina y estacionamiento para diez vehículos ubicada a unos kilómetros del Centro Internacional Ecuestre de Palm Beach.
Durante más de 6 años el ex guardaespaldas de Chávez se convirtió en uno de los empresarios más pudientes de la localidad de Weston, en Miami, Florida. Invirtió dinero en empresas tanto dentro como fuera de EEUU, compró un avión y se dedicó al deporte escuestre.
Adrián Velásquez Figueroa:
Velásquez Figueroa es un oficial en retiro del ejército venezolano, esposo de la sargento técnico Claudia Patricia Díaz Guillén, ex enfermera de Hugo Chávez, quien dirigió la Oficina Nacional del Tesoro y la secretaría del Fondo de Desarrollo (Fonden), entre 2011 y 2013.
El ex guardaespaldas de Chávez aparece mencionado en el escándalo de los Panamá Papers. El bufete Mossack Fonseca creó, a petición de Velásquez, la compañía Bleckner Associates Limited, S.A. en la República de Seychelles, como “empresa internacional”, bajo el número 123282 con un capital de 50,000 dólares, dividido en 50,000 acciones, de un dólar cada una.
El militar, apodado entre sus amigos como “Guarapiche” —por el nombre del río del estado Monagas de donde es oriundo— abrió una cuenta personal en suiza un mes después de que un convaleciente Chávez ganara nuevamente las elecciones en Venezuela, el 7 de octubre de 2012.
Velásquez era un oficial del ejército de 28 años cuando fungía como protector de la casa presidencial en 2007. Quienes lo conocieron en aquella época dicen que vivía alquilado, pues no ganaba lo suficiente para tener casa propia. Pero de pronto, la vida le cambió. Entre 2011 y 2012, justo cuando su esposa ocupaba el cargo de Tesorera Nacional y secretaria del Fonden, el guardaespaldas registró varias empresas en Panamá, con capitales de 10,000 dólares. La primera que oficializó fue Invesco Capital Fund, INC; luego fundó Tsunami, que data de agosto de 2012. También abrió “MJ Box Tool”.
Tras haber vivido e invertido en República Dominicana y Panamá, Velásquez y su mujer su radicaron en España. Estando en Madrid, disfrutando de su fortuna, las autoridades los fueron a buscar para detenerlos en cumplimiento de una orden de detención cursada por Venezuela para ser extraditados a ese país. Ahora sólo esperan una orden para muy probablemente ser extraditados a Caracas.
Josmel, hermano de Adrián, se encuentra detenido en Venezuela, acusado de lavado de dinero y legitimación de capitales. La esposa de Velásquez, Claudia Patricia Díaz Guillén, ha pedido a las autoridades españolas que detengan su extradición porque, según dice, al llegar a Venezuela será torturada. Está pidiendo asilo político para ver si se salva.
Carlos Aguilera Borjas:
Carlos Luis Aguilera Borjas, excapitán del Ejército venezolano y exjefe de la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención, Disip, era conocido como “el invisible”. Era el guardaespaldas más fiel de Hugo Chávez hasta que Alejandro Andrade le quitó el trono.
Aguilera acompañó a Chávez en la primera asonada fracasada de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez. Después de haber sido guardaespaldas de Chávez, fue nombrado director del Fondo Especial de Jubilaciones y Pensiones de Pdvsa hasta el año 2004. Salió de la administración pública y con los “ahorros” que había logrado, decidió dedicarse exitosamente a los negocios.
Sus negocios se concentraron en una empresa pública que manejaba un presupuesto muy grande: el Metro de Caracas. Un cliente del Banco de Madrid, declaró a las autoridades españolas haber pagado mucho dinero al ex director de Seguridad y ex guardaespaldas de Chávez, Carlos Aguilera Borjas (hasta 90 millones de dólares) en comisiones a cambio de colaborar en la rehabilitación del Metro de Caracas.
Las empresas Constructora Hispánica, Cobra y Dimetronic, firmaron por separado contratos con la empresa de Aguilera en la que le garantizaban un 4,8% de comisión de lo que consiguieran en el contrato del Metro de Caracas.
De acuerdo con las investigaciones, Aguilera recibió, en agosto de 2013, una transferencia desde Suiza de 600.000 euros. La investigación determinó que Aguilera remitió a EEUU 87.973 dólares semanas después.
A sus 57 años, Aguilera vive en una zona residencial para multimillonarios junto a la ciudad dominicana de La Romana. La investigación denominada Venezuela Leaks desvela que una parte de su patrimonio ha sido gestionada a través de entidades financieras de banca privada como Compagnie Bancaire Helvétique (CBH), HSBC o la Banca Svizzera Italiana (BSI).
Una memoria interna del CBH de septiembre de 2012 recalca que el ex guardaespaldas de Hugo Chávez tiene asegurado su futuro y el de las próximas generaciones de su familia. “Su patrimonio está estimado en más de 100 millones de dólares. Dispone de cuentas en BSI, HSBC y CBH”.
¿Hugo Chávez Frías no sabía en qué negocios estaban metidos sus tres guardaespaldas favoritos? Eso no se lo cree nadie. Todo indica que no solamente lo sabía, sino que además, los apoyó y los estimuló para que robaran dinero a manos llenas. Algo me dice que estos 3 hombres robaron de lo lindo porque se dieron cuenta que su jefe también robaba. Los tres ex guardaespaldas de Hugo Chávez, hoy convertidos en multimillonarios y empresarios, demostraron que su jefe, Hugo Chávez, tenía mucha razón: ser rico es malo, muy malo. Sobre todo para los más de 30 millones de venezolanos que no tenemos guardaespaldas.
San Cristóbal, 23 de noviembre de 2018