Argentina entra en cuenta regresiva para el desafío de acoger cumbre del G20

Argentina entra en cuenta regresiva para el desafío de acoger cumbre del G20

El ministro de Transporte de Argentina, Guillermo Dietrich; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el secretario de Gobierno y responsable de la organización de la cumbre del G20, Hernán Lombardi, y el ministro de Seguridad de Buenos Aires, Martín Ocampo, participan hoy, durante una rueda de prensa en Buenos Aires EFE/Federico Hamilton

 

Argentina entra en la cuenta regresiva para afrontar uno los mayores desafíos de organización y de diplomacia de su historia: ser anfitrión de la cumbre de líderes del G20, que el próximo viernes y sábado reunirá en Buenos Aires a los gobernantes más poderosos del mundo.

Con un operativo sin precedentes, que implicará el despliegue de 22.000 efectivos de fuerzas de seguridad y férreas medidas orientadas a prevenir actos terroristas y protestas violentas en las calles, el Gobierno de Mauricio Macri se juega una baza importante para coronar un año en el que ha tenido mejor suerte en su política internacional que en el complejo escenario económico doméstico.

Tras casi medio centenar de reuniones ministeriales y de grupos de afinidad del G20 celebradas este año de Presidencia argentina en el foro, todo está listo para la cumbre de líderes, la primera que se celebra en Suramérica y en la que participarán 15.000 personas, entre ellas 3.000 periodistas.

La agenda de los días previos incluye dos reuniones desde este lunes de delegados del área de Finanzas y de los “sherpas” del G20 y una cena el próximo jueves de los ministros del Finanzas.

La cumbre se realizará en el centro de convenciones Costa Salguero, junto al Río de la Plata, donde en horas del mediodía del viernes, tras la foto de familia, Macri dará por inaugurada la sesión plenaria, mientras que por la noche, los líderes asistirán a un evento cultural en el Teatro Colón.

El programa continuará el sábado con sesiones de trabajo desde la mañana, en tanto que para primera hora de la tarde, una vez finalizadas las deliberaciones, se prevé una rueda de prensa sobre las conclusiones de la cita ofrecida por Macri, quien traspasará la Presidencia del G20 a Japón.

Para la cumbre ya han confirmado su asistencia gran parte de los jefes de Estado del grupo, integrado por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea.

También participan España, como invitado permanente; Chile y los Países Bajos, invitados este año por Argentina; Ruanda, en representación de la Unión Africana, Senegal, por la Nueva Alianza para el Desarrollo de África, Singapur, por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, y Jamaica, por la Comunidad del Caribe.

Asimismo, son “socias” del foro varias organizaciones internacionales, como Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

A diez años de la primera cumbre de líderes del G20, celebrada en Washington en el contexto de la crisis financiera global de 2008, Argentina ha marcado como prioridades de la agenda de este año abordar el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo y un futuro alimentario sostenible, temas que se espera estén presentes en el documento final de la cita.

Pero se espera que los temas que dominen los debates sean otros asuntos de relevancia global y urticantes para muchos actores, como los compromisos sobre cambio climático y el sistema mundial de comercio, sacudido en los últimos meses por crecientes medidas proteccionistas.

Son temas que, además de estar presentes en el debate en el seno de la cumbre, se espera que dominen muchas de las reuniones bilaterales que en paralelo se celebrarán en Buenos Aires, como la que el presidente estadounidense, Donald Trump, mantendrá con su par chino, Xi Jinping.

También está previsto que Trump se reúna con el presidente ruso, Vladimir Putin, y con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, envuelto en el escándalo por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en Turquía.

El anfitrión Macri, por su parte, ya tiene confirmadas bilaterales con el presidente francés, Emmanuel Macron, el titular del Consejo de Ministros de Italia, Giuseppe Conte, la primera ministra británica, Theresa May, Trump, Putin y Xi.

Al desafío diplomático de llevar a buen puerto un diálogo entre líderes con intereses y posiciones muy diferentes en cuestiones clave de política internacional, Macri debe añadirle el mayúsculo reto de no repetir escenas como las vistas en Hamburgo, en la cumbre de 2017, cuando las protestas contra el G20 degeneraron en graves enfrentamientos con la policía y destrozos en las calles.

El Gobierno argentino ha advertido que no tolerará expresiones violentas, dijo que denunciará ante la Justicia cualquier amenaza o llamado a hacer disturbios y mantiene diálogo con la plataforma que, de momento, es la única que ha convocado a manifestarse en contra de la cumbre.

Se trata de Confluencia Fuera G20 FMI, que reúne a varias organizaciones no gubernamentales y dará inicio hoy, domingo, a una “semana de acción” con diversas actividades para denunciar la “farsa” de la agenda del Grupo de los Veinte, protestas que culminarán con una movilización el viernes en una Buenos Aires sitiada por las fuerzas de seguridad. EFE

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