El jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera llevaba una vida llena de excentricidades. Tenía una casa en cada playa, al menos cuatro jets para transportar dinero, un yate llamado “El Chapito” y un zoológico, reveló el ex piloto del capo, Miguel Ángel Martínez, “El Tololoche”, publica Infobae.
Durante su segundo día de comparecencia como testigo de la fiscalía en el juicio que se le sigue a Guzmán Loera en la Corte de Brooklyn, en Nueva York, también reveló que “El Chapo” se había sometido a un tratamiento con células rejuvenecedoras en Suiza.
El piloto fue su mano derecha de 1986 a 1998 y aseguró que las actividades del cártel llegaron a ser tan lucrativas durante ese periodo que en una Navidad, “El Chapo” regaló a sus empleados más de 50 autos.
De acuerdo con un cable de agencia AP, relató que cada empleado podía escoger un auto entre tres modelos diferentes: Thunderbird, Cougar y Buick.
“(El negocio) era el mejor del mundo”, testificó el mexicano. “Se agarró el boom cocainero”.
Antes de las declaraciones del testigo, se pensaba que “El Chapo” era un capo que vivía con menos excentricidades que otros de sus colegas, ya que en sus casas que habían sido registradas por las autoridades sólo se habían encontrado fuertes medidas de seguridad y sofisticados túneles, pero nada fuera de lo común.
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