América Latina y el Caribe es la región más violenta del planeta, con 39% de los homicidios, mientras que los robos triplican la media y concentra 41 de las 50 metrópolis más peligrosas, según un estudio del BID presentado este jueves en Santiago.
Con sólo el 9% de la población mundial, la región es la única del mundo donde la principal causa externa de muerte es el homicidio (52% de los fallecimientos). Las ciudades de Caracas, San Pedro Sula, San Salvador y Acapulco son las más violentas del orbe, con tasas de homicidios de 10 a 20 veces mayores que la media mundial, por encima de los 80 por cada 100.000 habitantes.
Los índices de violencia no ceden pese a los mayores niveles de desarrollo alcanzados en los últimos años. “En este sentido, la región es una anomalía”, afirma el estudio “Crimen y violencia, obstáculos para el desarrollo de las ciudades de América Latina y el Caribe”, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Entre 2004 y 2014, la mayoría de los países experimentaron tasas de crecimiento económico anual cercanas al 4%, en tanto bajaron sus índices de pobreza. Los ciudadanos, además, “se volvieron más saludables y alcanzaron un mayor nivel de estudios”.
Pero “los indicadores más relevantes de incidencia delictiva, de victimización, y de percepción de inseguridad se mantuvieron elevados”.
Y la poca confianza de la ciudadanía hacia las instituciones es otro factor relevante, por eso “es necesario crear instituciones eficientes, policías profesionalizadas y más cercanas al ciudadano”, señaló a la AFP Nathalie Alvarado, directora de Seguridad Ciudadana del BID.
Mientras busca soluciones, América Latina se mantiene como la región más violenta del mundo: El 39% de los homicidios tienen lugar aquí, donde en menos de dos décadas se contabilizan más de 2,5 millones de homicidios, un 75% de ellos ocurridos con arma de fuego.
Y el futuro no es alentador. Si la situación y las tendencias se mantienen, se espera que la tasa de homicidios crezca de 22 asesinatos por cada 100.000 personas en 2017 a alrededor de 35 para 2030.
La tasa de robos es también altísima. Por cada 100.000 habitantes, la región registra 321,7 robos, mientras que la media es de 108.
– Triste récord –
La rápida y desordenada urbanización, el estancamiento de la productividad en las ciudades y el desempleo juvenil son los factores que estarían detrás de este triste récord, según el BID.
En la región, hay 7,1 millones de jóvenes desempleados y 15,1 millones que ni estudian ni trabajan. “La evidencia ha demostrado que un aumento del 1% en el desempleo juvenil conduce a 0,34 homicidios adicionales por cada 100.000 personas”, según el informe.
Hay también “una banalización y normalización” de la violencia, advierte Lucía Dammert, experta en temas de seguridad de la Universidad de Santiago.
A lo anterior se suma la presencia del crimen organizado -expresado en bandas del narcotráfico, trata de personas y minería ilegal- junto con un alto uso de armas de fuego, sobre todo en Centroamérica.
“Con esa presencia de armas, hay un aumento de la utilización de la violencia para terminar con problemas cotidianos”, explicó Dammert a la AFP.
Existe también en la región una baja legitimidad de la policía y la justicia. Solo 20 de cada 100 homicidios resultan en una condena, casi la mitad de la tasa global de 43 por cada 100.
“Tenemos que crear sistemas que no sean un obstáculo para la rendición de justicia ya que sentimos una gran impunidad en América Latina”, comentó Alvarado.
Esa sensación de impunidad lleva a denunciar sólo el 45% de los delitos.
El reporte del BID, presentado en el marco de la 10º semana de la Seguridad Ciudadana desarrollada en Santiago, también alerta sobre el alto costo del crimen para la región: 3,5% de su PIB anual.
– Combatir los delitos –
Para combatir el crimen, el BID recomienda respuestas innovadoras centradas en labores de los municipios, en la anticipación de los delitos y el análisis de datos en tiempo real.
Bajar los índices de inseguridad “no es tarea fácil, pero estamos viendo en esta semana de la Seguridad que muchas ciudades de América Latina y muchos países han bajado las tasas de homicidios”, remarcó Alvarado.
“Lo que tenemos que ver ahora es cuales son los elementos transformadores para que se hayan dado esas bajas” y asegurar desde el BID que ese conocimiento esté disponible para toda la región, concluyó.
por Paulina ABRAMOVICH/AFP