En medio de silencio y la información a cuentagotas sobre la salud del siete veces campeón de la Fórmula 1 Michael Schumacher, una voz salió a escena. En este caso fue la del arzobispo alemán Georg Ganswein, quien visitó al Kaiser en 2016 y ahora decidió revelar como lo vio en aquel momento.
Por: Infobae
El sacerdote de 62 años, quien actuó de confidente del Papa emérito Benedicto XVI y que hoy acompaña a Bergoglio reconoció que se sentó frente a él, lo miró y notó que su cara estaba “un poco más rellena”.
“Me senté frente a él, lo toqué con ambas manos y lo miré. Su cara, como todos sabemos, es la típica cara de Michael Schumacher; sólo se ha vuelto un poco más rellena”, fueron sus palabras a la revista Bunte, quien perdió un juicio contra la familia del hombre de Ferrari.
“Siente que a su alrededor hay gente que lo ama, que se preocupa por él y, gracias a Dios, mantiene alejado al público demasiado curioso. Una persona enferma necesita discreción y comprensión”, continuó Ganswein, que consideró que, “la familia es el nido protector que Michael necesita desesperadamente. Su esposa es el alma de la familia”.
A su vez, respondió: “Por supuesto que incluyo a Michael Schumacher y a su familia en mis oraciones. La Navidad es la fiesta del nacimiento de Cristo, del amor divino hecho hombre. Sentirlo es bueno y necesario”.
La revista alemana fue condenada a pagar una multa de 50 mil euros en 2016 después de publicar una información sobre el estado de salud del piloto. Sabine Kehm, representante de la familia Schumacher desmintió rotundamente esa noticia y Bunte debió resarcirse por violar la privacidad del ex campeón.
Sin embargo, la relación de los Schumacher con el arzobispo Georg Ganswein parece ser afectuosa ya que en el verano europeo del año pasado, el alemán hizo que Corinna Schumacher y sus dos hijos, Mick y Gina-Maria, tuvieran una audiencia con el papa Francisco en el Vaticano, según informó El País.