“Como cochinos nos llevan”, son las palabras de Yajaira Fuenmayor, pasajera del kilómetro 4-Mercasur, quien considera que el transporte público “cada vez es peor y más corrupto”, publica el diario La Verdad.
Desde que las “chirrincheras” se apoderaron de los municipios Maracaibo, San Francisco, Machiques de Perijá y Jesús Enrique Lossada, trasladarse a un destino es un “calvario” para los habitantes, quienes comentan que en Venezuela los animales no son los únicos que viajan en jaulas.
En el kilómetro 4 las colas permanecen hasta que llega el camión. Carlos Palmar, quien frecuenta en la parada de los carritos que van hasta la urbanización El Soler, alegó que “todos hacemos la cola, pero cuando llega el camión, corremos porque es lo único que hay; los carritos desaparecieron. Cuando estamos montados se depraban con el pasaje”.
Palmar aseguró que la tarifa del pasaje varía por la hora. “En la mañana cobran un precio, en la tarde otro y en la noche hacen de las suyas y quitan hasta 50 bolívares soberanos. Esto pulveriza el sueldo mínimo”.
En las paradas de La Curva de Molina son pocos los carros por puesto que quedan. Para trasladarse a los barrios del oeste de Maracaibo, los afectados aseguran que tienen que esperar una “eternidad para agarrar no un carrito, sino un camión, una camioneta, o lo que llegue”.
Yesica Carvajal, usuaria de la ruta Curva-Calendario, comentó que después de ser una de las rutas con más unidades, esta solo cuenta con busetas y en su mayoría en mal estado.
“Para regresar a nuestros hogares tenemos que aguantar de todo; gritos, insultos y pagar hasta 10 veces más el costo legal del pasaje urbano. El alcalde debería de intervenir todas las rutas, porque las que quedan se aprovechan de la necesidad de trasladarse”
Una de las rutas más costosas que persisten en La Curva es la de La Concepción. María Sulbarán, pasajera de la ruta suburbana, manifestó que el pasaje es único, pero costoso. “Luego que te montes, debes pagar hasta 150 bolívares soberanos. Los choferes dicen que aumentan por el desvió que hay que hacer, porque el paso en San Isidro tiene más de un año cerrado”.
Los choferes argumentan que la tarifa que aprobó el Gobierno de tres bolívares soberanos “no alcanza para alimentar a la familia y menos para el mantenimiento de los vehículos, que se valoriza con el precio del dólar en el mercado negro”.