Consagrada Venezuela como República independiente de la Gran Colombia en 1830 hasta la caída del general Marcos Pérez Jiménez en 1958 el Estado venezolano en los 128 años transcurridos hasta la fecha indicada solo diez veces estuvo la Presidencia de la República en manos de civiles. A partir de la caída del militar dictador mediante espontaneo, unitario y desinteresado esfuerzo de los partidos URD, AD , Copey y PCV, del Clero; de los gremios; de la clase obrera y empresarios progresistas del campo como de la ciudad se conformó un gran Frente de Unidad Nacional. Se consolida la etapa de reconciliación del pueblo, lo cual hizo que durante un tiempo prolongado de paz dado la vigencia de la democracia, el país lograra conquistar la libertad y derechos inherentes a la persona humana con obediencia al principio universal de que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la impone mediante el ejercicio del sufragio por encima de cualquier intención autoritaria.
El régimen de Gobierno advenido con la restauración democrática e institucional a la cual hacemos referencia, fue objeto del mayor respeto por parte de los gobiernos que integran la región Latina Americana; empero hubo de durar solo hasta el final del mandato presidencial de Rafael Caldera un político civilista que logró la pasificación del país, consolido el Estado de derecho. Puso cese a la fracasada empresa guerrillera de inspiración y ejecución cubana e incorporó como ministros en su Gabinete y en varios cargos de la administración pública a dirigentes políticos que se habían levantado en armas contra los gobiernos que lo antecedieron.
La continuidad institucional resultado del más profundo propósito democrático institucional se viene a pique. Todo por cuanto una vez llegado al Poder el grupo de militares golpistas conocidos como los juramentados en el “Samán de Güere “, que habían intentado mediante el nefasto golpe de estado fallido despojar del poder al presidente constitucional Carlos André Pérez; que por demás fueron sobreseído por la bondad de quien había hecho de la institucionalidad una norma de responsabilidad cívica y moral; una vez asidos al poder se alzan contra la Constitución e imponen la llamada revolución bolivariana, la que bajo la idea de hacer de su jefe militar Hugo Chávez el “ mito de heroicidad” han de venderlo como comandante eterno. Lo tienen como su padre. Sus restos gozan de la protección militar en el conocido “Altar de la Montaña” sitio destinado a su la veneración. Se declaran héroes de una revolución nonata. Proclaman que la revolución advenida es pacífica, pero bien armada. La compostura bélica se constituye en manía de declaración permanente. Usan y abusan de Bolívar, lo hacen creador de sus hazaña incorporándolo a la controversia política. Para estos revolucionarios decimonónicos el prestigio del “comandante eterno” es incomparable por las fuerzas naturales que posee.
En la Venezuela de hoy su pasado caudillista trasciende al presente. La ideología militar es el componente mayoritario del poder, mediante maniobras propias del control ilegítimo del TSJ se declara el desacato de la AN. El Gobierno de mayoría militar controla los poderes; a la vez que subestima las atribuciones que constitucionalmente le corresponde al cuerpo deliberante, saltándose a la Constitución nombra sin la aquiescencia legítima una ANC espuria, la cual le sirve para convalidar todos los caprichos que puedan ocurrírsele para su perpetuación.
Es evidente. Los hechos demuestran el predominio en las funciones de gobierno de toda una elite militar ductora de una ideología plenamente totalitaria; que organiza el sistema social y político, permitiéndole a su componente activo sin poderlo hacer, ocupar los cargos de mayor jerarquía dentro de la Administración Pública, ser activista de la propaganda política del régimen, calificar a los dirigentes de la oposición; y actuar en forma discrecional como dirigentes políticos a la vez que ocupan todos los cargos que comprometen el desarrollo económico e independencia nacional. También se sustituyen al poder judicial al aplicar la justicia militar al componente civil.
Los que conforman la dirección gubernamental actúan con la mayor independencia sin ser objeto de sanciones. Contratan sin licitación. No rinden cuentas de gestión. Se encuentran exentos para la interpelación de la AN. Los órganos destinados a la vigilancia de las instituciones del Estado, entre otros la Contraloría, la Fiscalía General de la República; así como el Consejo Moral Republicano son de evidencia inoperantes en prevenir, investigar y sancionar los hechos que atenten contra la ética y la moral administrativa; en velar por la buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público; en velar por el cumplimiento de los principios del debido proceso y de la legalidad en todas las actividades administrativas del Estado. Esta obligación se encuentra ausente de responsabilidad. Se lo pasan por el forro.
El país se encuentra sumido en una situación de crisis profunda provocada por quienes han tenido su conducción. La infección de la corrupción se ha hecho inveterada en todas las instituciones públicas del Estado venezolano conocida por las condenas de prisión de tribunales extranjeros, pero ocultadas por él Gobierno. El caso entre otro de Andrade extesorero de Hugo Chávez condenado a 10 años de prisión en EEUU por lavado de dinero y soborno, lo cual salpica a Raúl Gorrín dueño de Globovisión y a Gabriel Jiménez Aray propietario de un banco en Santo Domingo, sin incluir el manejo delictuoso en PDVSA, en las industrias básicas; en la extracción del oro, como en muchas otras empresas del Estado , es de obligación señalar por evidencias que han ocasionado tales sanciones: que el control de cambio como expresa Carlos Tablante en su publicación El Gran Saqueo, copio: “ El Control de Cambio en Venezuela puede definirse como un periodo de grandes saqueos financieros. Los negocios ilícitos surgieron desde el arranque del control cambiario. Desde su incipiente creación, Cadivi mostró que había nacido con un agujero negro. ¿Cómo entender que se mantuviera más de un década? La respuesta puede encontrarse en la existencia de un Estado con funcionarios encubridores, cómplices necesarios del saqueo cambiario” fin de la cita. Carlos Tablante se encuentra perseguido, a la vez enjuiciado por haber hecho “Reporte Fiel” de un ilícito imputado a un funcionario en una compra cárnica; su familia, en especial su madre ha sido objeto del acosos de los organismos policiles.
Estos conspicuos funcionarios acusados por haberse enriquecidos ilegalmente con los haberes pertenecientes al situado constitucional gozan del privilegio de la impunidad. Cuentan con familiares y testaferros para sus fechorías. Tienen vía expedita para el enriquecimiento ilícito, constituyen consecuentes e irreversibles dirigentes de la impertinente y nefasta revolución chavista. Han profanado sin consecuencia de castigo los más sagrado de los derechos humanos, cual no es otro que el acceso que tiene el pueblo a su ALIMENTACIÓN, lo cual ha traído como consecuencia que la gran mayoría de venezolanos, vivan en estado no de pobreza; pero sí, en estado de MISERIA, lo que fuerza la DIASPORA. Todo por la actuación revolucionaria de estos héroes que andan sueltos ¿Qué hacer para combatir la corrupción? El gobierno la elude, la conoce por referencia exterior; pero no investiga.
Abogado, político, presidente de URD.
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