‘Florecer lejos de casa’ compila las voces del éxodo en las narraciones de 14 autores, publica El País.
Por MAOLIS CASTRO
El que se marcha de Venezuela carga con una pena a cuestas. La periodista Mireya Tabuas, escritora de cuentos infantiles, lo define con detalles. “Sé que los migrantes, en general, tienen un duelo. No sabemos si el país que dejamos lo volveremos a ver”, dice. Movida por ese sentimiento y una necesidad de contar su experiencia y la de otros venezolanos en Santiago de Chile, la ciudad que la acogió hace cinco años, participó en el libro Florecer lejos de casa, financiado y publicado por la Fundación Konrad Adenauer y el programa Diálogo Político.
Su capítulo, titulado El país que se inundó de venezolanos, narra éxitos y fracasos. A Fernando, un reconocido periodista deportivo, le tocó hasta lavar baños antes de conseguir un empleo temporal en su profesión. Wendy, una dentista que tenía su propio consultorio en Venezuela, es hoy recepcionista en una clínica y mira con nostalgia el instrumental que no puede tocar. “En mi caso, puedo decir que mi labor es muy lejana a la estabilidad que tenía en Caracas. Ahora soy todera y atiendo mil frentes: edito una página web, doy clases en la universidad, dirijo talleres literarios y, si me tocara cuidar niños o hacer tortilla española para vivir —como una vez pensé—, pues lo haría. El chip migrante te cambia”, agrega.
Florecer lejos de casa está escrito por Tabuas y otros 13 autores venezolanos y se puede descargar gratis en el portal de la fundación alemana. Su bautizo fue en septiembre en la capital uruguaya, Montevideo, y después fue presentado en Bogotá y Santiago de Chile. Este lunes es el turno Buenos Aires, donde está siendo promocionado por los periodistas Ángel Arellano y Hensli Ranh, la joven poeta Paola Soto y la relatora de Human Rights Watch (HRW) para Venezuela, Tamara Taraciuk. Todos narraron sus vivencias en el libro, un completo registro de la diáspora. “La diferencia de esta obra con respecto a la literatura existente, lo que la hace genuina y original, es que además de las estadísticas, muestra la perspectiva intima de grandes plumas que cuentan desde su intimidad cómo fue su proceso migratorio”, subraya Arellano, coordinador del proyecto.
Taraciuk pone el foco sobre el desplazamiento de migrantes venezolanos hacia Brasil, un océano de información desconocido para mucha gente. La investigadora se plantó unos días en el Estado de Roraima, al norte de Brasil, para documentar la llegada de personas a desesperada. Pero el drama no solo es expuesto desde una visión exterior. El último capítulo, del escritor Héctor Torres, es la mejor prueba de ello, en una suerte de introspección de la crisis. “Un inventario espiritual de la ausencia”, en sus propias palabras, que sacude al lector. Son, en definitiva, testimonios más allá de los fríos números.
Las condiciones de los migrantes se han hecho más precarias con el avance de la devastadora crisis. En marzo pasado, la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) emitió un comunicado para solicitar a los Gobiernos latinoamericanos que garantizasen el acceso de venezolanos a sus países a través del estatus de refugiado.
El éxodo es imparable y cada vez más notorio: no hay cifras oficiales, aunque muchos organismos y académicos han hecho aproximaciones de la expansión de los venezolanos por el mundo. Una de las más impactantes corre a cargo de la opositora Asamblea Nacional: según sus cálculos, el 10% de la población del país sudamericano ha abandonado el país para establecerse en otras tierras.
La ONU ha registrado un aumento de 2.000% en el número de venezolanos solicitantes de la condición de refugiado en el mundo desde 2014. En su mayoría lo han hecho en otros países americanos. “Cientos de miles de venezolanos permanecen sin documentación o permiso para residir legalmente en países de acogida. Esto los hace particularmente vulnerables a la explotación, la trata de personas, la violencia, el abuso sexual, la discriminación y la xenofobia”, sentencia Acnur.