El fútbol fue su pasión, de ahí su apodo, pero lo que hizo famoso a Tirso Martínez Sánchez fue su cercanía con grandes capos como Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos” y Arturo Beltrán Leyva “El Barbas”, sus relaciones con los cárteles mexicanos de Juárez, Sinaloa y con los narcos colombianos Víctor y Miguel Mejía Munera. Así lo reseña infobae.com
Tirso Martínez “El Futbolista” era líder de una organización independiente en México que transportaba droga a Estados Unidos, lo que le permitía trabajar con distintos grupos delictivos.
También tenía una faceta empresarial gracias a la cual pudo ser propietario de equipos de fútbol en los estados de Querétaro, Guanajuato y Michoacán, los que, aseguró pudo pagar gracias a su negocio de “venta de medicamentos”.
Martínez fue detenido en México en 2014 y posteriormente extraditado a Estados Unidos donde en 2016 se declaró culpable de distribución de cocaína, esta semana se unió a la lista de capos que han declarado en el juicio en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en Nueva York, donde dio detalles sobre sus inversiones producto del narco en equipos mexicanos.
Detalló que entre sus negocios en el deporte mexicano están la compra del equipo Venados de Yucatán, de la Liga de Ascenso, por entre USD 600.000 y 700.000, y el de Reboceros de La Piedad, de la segunda división por USD 2,2 millones.
En 2004 vendió al equipo de La Piedad en USD 10 millones que tras la liquidación de empleados y jugadores logró una ganancia de USD 4 millones.
“Me gasté todo el dinero en apuestas de gallos, caballos, propiedades, autos, casas, fiestas y mujeres”, declaró Martínez y explicó que de sus activos solo le quedan tres terrenos, una casa y un rancho.
Registros de la corte a los que Infobae tuvo acceso detallan que “El Futbolista” trabajó con el Cártel de Sinaloa de 1995 a 2003 a pesar de que en ese tiempo era identificado como integrante del Cártel de Juárez.
Junto con el presunto lavador colombiano Paul Solórzano o “Geovanni Ávila”, Martínez Sánchez fue señalado por un testigo en EEUU como integrante de una red que lavaba dinero transfiriendo jugadores de Colombia en sociedad con la Promotora Internacional Fut Soccer. Una de esas transferencias habría sido la del colombiano Carlos Gutiérrez, del Millonarios de Medellín, en Colombia, al Necaxa de México.
A pesar de ser buscado por Estados Unidos desde el año 2000 siguió haciendo negocios en México por más de una década.
La foto que lo delató
Las relaciones de Tirso con el mundo del fútbol mexicano salieron a la luz en 2004 cuando el diario Reforma publicó fotografías suyas en las que aparecía en un palco del club Irapuato con Enrique de la Garza, entonces presidente de la Primera División A; el joyero Kléber Mayer, dueño oficial del Irapuato; José Luis Barba Reyes, ex propietario del Querétaro, y Demetrio Madero, ex técnico del equipo.
“De la Garza también era presidente el club Correcaminos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde militaron dos jugadores que usaron documentos apócrifos para naturalizarse mexicanos”, publicó el diario en 2014.
La agencia mexicana de noticias Notimex, detalló que en el año 2006, cuando la Femexfut descubrió que era sospechoso de participar en el tráfico de drogas, le propuso comprar sus activos en el fútbol, lo que dificultó las investigaciones sobre las inversiones ilícitos en los equipos.
De acuerdo con un testigo en Estados Unidos, Martínez Sánchez y Solórzano son miembros de una red que lavaba dinero a través de la transferencia de jugadores de Colombia, en sociedad con la Promotora Internacional Fut Soccer.
“El Futbolista” frente a “El Chapo”
Durante su declaración este martes en Nueva York, las crónicas señalan que señaló a Guzmán Loera, a los capos mexicanos Ismael el Mayo Zambada, Juan José Esparragoza “El Azul”, Nacho Coronel y los hermanos Beltrán Leyva como líderes del Cártel de Sinaloa.
Como líderes del Cártel de Juárez mencionó a Vicente Carrillo, Amado Carrillo y Eduardo “Flaco” Quirarte.
Aunque la mayor parte del tiempo que trabajó con Sinaloa “El Chapo” estuvo en prisión, aseguró que continuamente se comunicaba con él.
Participar como testigo en el llamado juicio del siglo le podría ayudar a Tirso a que su sentencia sea más corta.
Guzmán Loera es acusado de 11 casos relacionados con tráfico de drogas y lavado de dinero. La fiscalía busca una condena de cadena perpetua.