Este jueves, en la sede principal del Banco del Tesoro ubicada en El Rosal, los trabajadores de esa entidad bancaria no se salvaron de hacer su respectiva cola para adquirir el tan anhelado pernil.
Los trabajadores tuvieron que vestirse con su franela roja para que le pudieran dar su pernil, todo bajo perfil, en uno de los estacionamientos de la institución.
Y, por si fuera poco, hasta carpas le suministraron para evitar el inclemente sol de las tardes, ya que, todo beneficio dado por el Estado tiene sus sacrificios, hacer las interminables colas. ¿Otro logro de la revolución?
